29.12.07

¿A dónde te has ido corazón?

¿Como estas?


Te escribo está carta después de muchos, muchísimos años. Ya se viene un nuevo año y bueno… no quería que pase un digito más en este nuevo siglo, sin que sepas nada de mi.


Está mañana caminaba por Brookline y entré a una tienda de discos, tenían un póster de The Kinks, igualito al póster que tenias en tu habitación, me trajo tantos recuerdos, ni te imaginas… esas tardes en que agarrábamos la cámara y nos hacíamos preguntas, y nos filmábamos los pies mientras respondíamos a las preguntas… y los cruzábamos…, los poníamos el uno sobre el otro…, mientras tus discos de los argentinos y de Bob Dylan nos ayudaban a crear un mundo sólo para los dos, donde no necesitábamos mascaras de ningún tipo, y podíamos quedarnos horas sobre tu cama, y yo acariciando los dedos de tus pies mientras vos acariciabas los míos… ¿te acuerdas? Que mundo era ese, tan privado… tan nuestro, y ahora tan en el pasado.


A veces tu nombre lo veo en las paredes, y me trae sonrisas, me llena los muros de esta ciudad con imágenes de cosas que hicimos, lugares en los que estuvimos, pucha!… esos momentos íntimos de profunda conexión que teníamos, en los que vos y yo parecíamos la misma persona… Y es que no hallo otra forma de describir lo que sentía cuando estaba a tu lado…




Cuando escucho esa canción que tanto te gustaba de Peter Sarstedt, Where do you go to, my lovely? Me consumo en mi mismo… me sobrecoge un vació absoluto y tan lleno al mismo tiempo, que siento que no puedo decir nada, pero quiero decírtelo todo, todo! Y te lo digo en silencio… en mi soledad. Esa soledad que siempre guarda un lugarcito para vos, un retacito de mi mismo que siempre va a tener ahí un lugar para tu recuerdo. Ya he aprendido bien ingles, y tengo tus discos, o por lo menos, aquellos que recuerdo que tenías, ahora los entiendo bien y sus canciones cobran matices distintos para mí, siempre los escucho, mientras me fumo un puchito, como lo hacía cuando estaba contigo, cuando los escuchábamos mezclando nuestros segundos con canciones tan lejanas pero que solo sabían alimentar nuestra cercanía.


But where do you go to my lovely
When you're alone in your bed
Won't you tell me the thoughts that surround you
I want to look inside your head, yes I do…






Ahora mismo, mientras te escribo, veo algunas de las fotos que tomamos cuando estábamos en Totora… en ese festival de la cultura al que me llevaste obligado, y que no quise abandonar, y que creo nunca he abandonado realmente, porque todavía muchos de los recuerdos siguen persiguiéndome en las calles de está ciudad ajena a nosotros, pero tan mía que siento que la hago tuya tan sólo estando aquí. En una de estás fotos estamos colgados de un árbol frondoso, tu y yo cabeza abajo, como murciélagos, con nuestras manos estiradas y enroscadas en empanadas. Te hice una copia de la foto. Recuerdo muy bien ese momento, porque cantabas esa canción del flaco Spinetta que te regale, que por lo general nunca escucho, porque incluso ahora cuando lo hago me pone muy triste y logra, como muy pocas cosas logran, hacerme llorar. Quizás porque recuerdo nuestros pies y manos entrelazadas, y deseo con todas mis fuerzas ‘que sueñes un sueño despacito entre mis brazos, hasta que por la ventana suba el sol…’ Y lloró con mas fuerzas porque se que no puedes estar entre mis brazos, que la distancia entre nosotros ya es imposible de cerrar, y sólo me queda tener la certeza de que por siempre vivirás como parte de mis recuerdos, de mis sueños, y de mis locuras de siempre y para siempre.


Bueno, no quiero ponerme tan melancólico, pero se que vas a entender. Aunque no creas, esta no es la primera carta que te escribo en todo este tiempo, lo que pasa es que esta es la primera vez que tengo la valentía de realmente mandártela, muchas de las anteriores estaban cargadas de otras cosas, muchas las escribí cuando me sentía con bronca, impotencia o desesperación, otras cuando me sentía profundamente triste y entrañablemente absorto en mis pedazos de desolación existencial… tan necesarios, pero tan tormentosos que siempre terminaban con dos botellas de ron, y muchas lagrimas y mocos por todas partes…




Pero más bien ya no me pongo así. He aprendido a vivir con esto. He madurado mucho, y ahora tu ausencia no me duele tanto, aunque el vacío que has dejado siempre va a estar ahí. Se que estás bien. Se que estás mas tranquila. Y eso me deja irremplazables grumitos de paz en todo mi cuerpo, que poco a poco van diluyéndose, a medida que pasan los días siento que se esparcen más y más, que van llenándome todo, removiendo todos los sentimientos de rabia que una vez tuve.


La carta esta te la mando como un avioncito que sale desde mi ventana, hasta que llegue a ti. Mandare una copia a mi tía, para que te la lleve al cementerio, y la deje en tu tumba, estoy seguro que te gustara saber de mí. Ahora me llena una paz muy grande, porque se que eres como una nube que anda por el cielo, y que de vez en cuando te vienes por mi ciudad y me echas una ojeadita, que estás ahí, como siempre cuidándome.


Siempre te extrañare, vives en mi.


26.12.07

Lluvias con Velas

Extraño mucho las lluvias de Diciembre y el olor de la tierra mojada el día de la navidad, quizás tiendo a romantizar mucho mi niñez, o los recuerdos que tengo del lugar donde crecí, es muy posible. Pero la verdad no me importa hacerlo, fue un lugar maravilloso. Yo no crecí en la ciudad, mi casa estaba más bien en las afueras de Cochabamba, y cuando era niño la zona todavía estaba poblada por maizales y acequias, y parajes de sauces y molles, y mujeres lavando ropa en las acequias, con muchos perros alrededor, y sus hijos jugando a los trompos o a las canicas, o cachinas como les decimos en criollo. No muy lejos de mi casa se hallaba el río Rocha, donde muchos domingos después de misa, entre primos y hermanos terminábamos destruyendo nuestras mejores pilchas domingueras.


Ciertamente no era el campo, porque estábamos a 15 minutos del centro de Cochabamba, pero cuando era niño, todavía era campo. El viento muchas veces levantaba nubes de polvo y lo ensuciaba todo, los eucaliptos se torcían y acariciaban con sus copas las calles, o lo que era en el proyecto de la alcaldía una calle y más bien era un sendero. De niño imaginaba que los eucaliptos eran gigantes, que habían sido castigados por alguna falta que cometieron, o porque desobedecieron a los dioses, y que por el resto de la historia estaban destinados a torcerse con el viento, pidiendo perdón por sus pecados, arrastrándose, gimiéndole al viento. Y es que el sonido de las ramas de los eucaliptos al ser golpeadas por el viento, parecía un llanto de desesperación. Me causaba mucho miedo pensar que los gigantes podían ser arrancados de su prisión, y lanzados hacia las casas de los vecinos, y peor aun ser lanzados a mi propia casa.




Algunas veces la luz se cortaba. Con prontitud encendíamos velas, y nos reuníamos todos en la habitación de mi abuela, donde mis abuelos nos compartían muchas historias, cosas de la guerra del chaco, de la revolución del 52, de las migraciones internas, y de su vida en Santa Cruz. A la luz de las velas, nuestras voces automáticamente se tornaban lúgubres y misteriosas, hablábamos como si nos contáramos secretos, como si la noche no acabaría nunca… siento que esos momentos fueron muy valiosos en mi vida, una sencillez muy grande, estar así sentados todos alrededor de mis abuelos, escuchando historias que habíamos escuchado una y mil veces, pero que sin embargo todos disfrutábamos como si fuese la primera vez que las escuchásemos.


Recuerdo una historia que nos contaba mi abuelo, una historia que siempre producía en mí un severo estremecimiento y nunca me dejaba dormir. Cuando era niño él vivió en la mina de Pulacayo, en Potosí. Tenía un grupo de amigos con los que creció, prácticamente desde que aprendió a caminar, y que fueron entrañables amigos suyos hasta que los separo la muerte. El relato va más o menos así... Una noche de invierno del año 1940, en la cancha de fútbol del club social de Pulacayo se hallaba reunido un grupo de niños, el mayor no pasaba de los trece años. Para las 10 de la noche ya casi todos se habían ido a sus casas, y sólo quedaban 5 de ellos, entre los cuales se hallaba mi abuelo. Empezaron a contarse historias de terror, de cholas sin cabeza y k’arisiris, y otros mitos. De pronto uno de ellos desafió al resto, queriendo ver quien se sentía más hombrecito, los reto a visitar el cementerio, se hizo la burla del resto, acusándolos de cobardes, de niños mimados, de asustadizos. Sin embargo tres de ellos aceptaron el reto, y sólo uno retorno a su casa.




Era para mi extremadamente escalofriante, imaginarme a cuatro niños visitando el cementerio de algún campo minero, de noche y en pleno invierno. Todavía siento cierto miedo cuando lo imagino. Según mi abuelo, los muchachos saltaron la barda del cementerio y se dispusieron a jugar fútbol entre las tumbas, de pronto cuando uno de ellos, el retador, se alejo un poco para recoger la pelota, cayo en un foso relativamente grande. Extrañamente no empezó a gritar, ni empezó a llorar, no se desespero, ni exigió que una mano amiga le ayude a salir del agujero. Lo que hizo, fue totalmente inesperado, empezó a hablar eufóricamente y a jugar fútbol con un cráneo, y también con otros huesos que allí se hallaban. Los otros niños asustados por la forma de expresarse de su compañero, sólo atinaron a correr a sus casas. Y aunque estaban arrepentidos, no volvieron al cementerio a recoger a su amigo.


Al día siguiente tocaron la puerta de la casa de mi abuelo, era el padre del muchacho que dejaron abandonado en el cementerio, que desesperado corría a pedirle ayuda a mi bisabuelo, aparentemente el niño estuvo gritando toda la noche, eufórico y atolondrado. Según el vecino, los ojos del niño no pudieron cerrarse en toda la noche, hablaba de calaveras, y fantasmas, y espíritus y almas entrándosele al cuerpo, golpeándole, escupiéndole, gritándole con voces espeluznantes y agudas que no le permitían siquiera escucharse a sí mismo. Mi abuelo totalmente arrepentido les contó a los adultos lo que estuvieron haciendo el y sus amigos la noche anterior en el cementerio. Afortunadamente después de unos días el muchacho se recupero, pero no volvió a jugar fútbol nunca más. Mi abuelo y los otros niños tuvieron que ir a rezar al cementerio todos los domingos por el resto del año, y seguramente recibieron una memorable paliza.



Esas historias a la luz de las velas son una de las cosas que más extraño. Además de las acequias, los molles, los maizales, y los eucaliptos. Lastimosamente el lugar donde crecí, ahora solo existe en mis recuerdos, porque el cemento lo ha invadido todo. De las acequias no queda ni el canal. Y los gigantes que tanto temía, han sido casi todos arrancados, no por el viento, sino por el progreso, que no sabe de gigantes. Y el río… pues se seco. Todo eso termino, se ha ido, o mejor dicho, lo hemos desterrado. Después de todo, queremos ser modernos, y que las historias de mi abuelo, queden sólo en eso, historias…

Mientras… yo seguiré recordándolos a todos… en especial a él, que este año se ha ido, y sólo ha dejado en mí, sus ojos y su sonrisa, enmarcados en las lluvias de Diciembre y en el olor de la tierra mojada.


P.D. Joup, este va en respuesta a tu meme.

18.12.07

Cantos a (la) Esperanza...

Conocí a Esperanza muchas vidas atrás. Nuestra relación siempre ha estado llena de conflictos y las pruebas que nos han puesto el tiempo y el destino no han sido pocas, mucho menos sencillas. Entre los miles de laberintos que pueblan la eternidad siempre he estado consciente de ella, algunas vidas la tuve entre mis brazos, y ella me tuvo entre sus labios. En otras vidas nunca la tuve, no pude aferrarme a sus manos y deambule por aquellos laberintos, buscándola. Absorto y solo, divagaba rasguñando piedras, escalando montañas, y saltando de estrella en estrella, con la certeza de un día poder hallarla.


De vez en cuando, encuentro una foto suya, o llega a mí el olor de su perfume, yo me armo de valor y cargado de mis sueños parto. Corro sin parar. Pero los laberintos del destino no tienen muros de piedra, son invisibles. Y muchas veces la realidad me impone senderos de invierno, y cuando hace mucho frío mi caminar se hace difícil y menesteroso. A pesar de todo, la certidumbre de hallar a Esperanza, siempre tan cautivante y misteriosa, está cada vez más viva, y yo maravillado me sonrió a mi mismo.


Pero cuando llego a donde se supone estaba ella, ya es muy tarde, ha partido. Las distancias después de todo no son sencillas de derrotar, y las encrucijadas de mi soledad, me han confundido. Aferrado a mis sueños, y atado a la utopía de volver a hallarle, me despabiló y parto nuevamente, descifrando pistas, rastreando huellas, indagando olores, explorando universos desconocidos, investigando en bibliotecas subterráneas. Cual forastero, busco rutas que me lleven a su lumbre.


Porque siempre supe y se, que un día estaremos juntos, sentados a la orilla de un río, cerca de una pirámide Maya, jugando a amarnos por el resto de la eternidad. Y ella se aferrara a mis labios, y yo anclado entre sus brazos jamás podré partir nuevamente, por lo menos no en está vida.




Te escribo poemas
y cartas de amor,
y los lanzo al océano
en botellas,
para que cuando halles
los mensajes

vuelvas desnuda
a mi puerto
,
a este puerto que ahora,
es sólo tuyo
y al que sólo tus barcos
saben darle sentido


Mientras...
Construyo escaleras
con cantos de luz,
de voces escondidas,
con pétalos de hierro
como clavos,
y de martillo
el miedo de tus labios.


Construyo escaleras
para vos,

con lágrimas, sueños
y con saliva,
con estrellas de miel,
con lunas y algarabía.


Construyo escaleras para vos,
y cuando arribes a mi puerto,
y desterremos
la distancia,
verdugo de nuestra alegría,

subiremos por esta escalera,
hasta llegar a la luna

y navegaremos juntos
de galaxia en galaxia,

a veces en barcos tuyos,
y a veces...
...en los míos


Pintura: Brad Holland

En el fondo he aprendido que la vida es navegar. Y en realidad uno cuando viene al mundo, no trae astrolabios, ni nace con brújulas que lo guíen y los únicos satélites que pueden darnos coordenadas en el profundo y abismal océano de la soledad son las estrellas, y la luna. En mi caso, la cruz del sur me ayuda siempre a encontrar mi ruta. La ruta de la Esperanza.


Es sólo cuando el viento del sur me lleva al puerto de la esperanza, que me siento realmente vivo. Y cuando digo vivo, sólo la esperanza entiende a que me refiero, porque vivimos en el mismo universo y somos llama del mismo fuego.


Cuando navego lejos de su orilla en la oscuridad de mí absurda realidad, su flama está presente, logro verla en la distancia, su fuego es de agua y ninguna tormenta logra nunca apagarla. Sólo el abandono y la sequedad podrán extinguirla… pero yo no la abandonare nunca, y siempre sabré darle mi amor y mi confianza eterna, para que nos entendamos, para que sepamos darnos el uno al otro, plenamente, sin tapujos ni ataduras, sin abismos, sin dudas, sin mentiras, sin promesas de arena y sin verdades de cristal.


Porque ella sabe y yo se que somos de barro, de carne, y de hueso. Y sólo juntos, en los días lluviosos de diciembre… podemos ser de fuego.




Y navegamos por rutas distintas
siempre ha sido así
durante toda la eternidad….


Y nos encontraremos intermitentemente
hasta que un día,
podamos vernos y amarnos nuevamente
durante toda la eternidad…


Ven.mp3

‘y aunque no siempre he entendido
mis culpas y mis fracasos
en cambio sé que en tus brazos
el mundo tiene sentido’

(Mario Benedetti)

15.12.07

Mujer, Ni Sumisa, Ni Devota! Te Quiero Libre, Linda y Loca!!

Este post, es una reflexión que tengo con respecto al post de Dios Me Libre ‘El Problema Somos las Mujeres.’ Realmente le recomiendo leer esa posición a todos los que pasen por aquí. Especialmente a las mujeres, y que vuelvan aquí y me digan si eso es cierto o no. Por mi parte está es mi posición.



NOTA: El Blog DIOS ME LIBRE fue creado por un hombre, Juan Carlos Porcel. Es realmente una lastima que hombres, tengan que crear paginas bajo el nombre de una mujer, simplemente para prolongar ideas machistas. Y despues dicen que estoy loco. (fechado 20-12-2007)




Creo que los hombres no somos relativamente simples, en lo absoluto. En realidad somos seres muy complejos acostumbrados a que la mujer haya estado en una posición secundaria, dependiente, dominada, explotada, maltratada física y psicológicamente, y otra serie de posiciones inferiores y de sometimiento, que no podría nunca terminar de enumerar, y muchas para las cuales palabras descriptivas no existen.


Creemos que los avances del siglo XX nos han llevado a una sociedad abierta en la que la mujer y el hombre tienen los mismos derechos y que si bien hay un cierto grado de machismo, este tiende a disminuir y que eventualmente desaparecerá. Tal posición es aceptada por muchísimos hombres, y también por algunas mujeres. Pero no creo que está sea una descripción medianamente valida de la realidad. Estoy totalmente convencido de que el hombre del siglo XX ha sido forzado a ‘otorgar’ derechos y garantías a las mujeres, dentro del Estado, cualquiera que este sea, gracias al esfuerzo y sacrificio de las mujeres, pero que una vez ganadas algunas batallas se quedaron ahí. Todo esto ha ocurrido particularmente en Occidente y América Latina. Ahora para no adentrarme en acontecimientos mundiales, voy a hablar claramente del machismo en Bolivia.



El machismo en Bolivia está muy presente, no ha desaparecido, ni va a desaparecer, mientras las mujeres no lo eliminen. Los hombres por lo general estamos cómodos, ¿Por qué exigiríamos los hombres cambios en la distribución del poder (a todos los niveles) si bajo el sistema existente nosotros tenemos todas las ventajas? ¿Por qué veríamos nosotros machismo, si las mujeres se conforman y se resignan a que seamos como somos? ¿No son acaso actitudes como ‘el problema somos las mujeres’ clara muestra de que nosotros no somos machistas?


Escuchar cosas como: ‘Eres una burra!’, ‘No entiendes!’, ‘Cuantas veces tengo que explicarte!,’ ‘Tenias que ser mujer!’ ‘ya ya mamita, no es tú culpa ser mujer,’ ‘que más se podía esperar de ella’, ‘si es sólo una mujer.’ E infinidad de otras que existen, y que están muy presentes retumbando en tus oídos en este momento, mientras me lees. Y que si eres mujer piensas ‘este utópico tiene razón’, o ‘yo ya sabia eso.’ Y si eres hombre estás diciendo ‘sólo lo decimos en broma’ o ‘no todos decimos eso, hay excepciones’ o ‘¿acaso es mentira?’. Pero en realidad, no hay excepciones, habemos hombres que quizás reconocemos esas frases, pero aun así no peleamos porque estas desaparezcan, y los que dicen que es broma, se están engañando a si mismos, que da contento, y los que lo justifican pues pa’ que siquiera.


Pues, lastimosamente esas frases existen. Y están presentes en todas partes. Cuando una mujer tiene una idea diferente, ‘es una ridícula’, ‘tenia que ser mujer’, ‘no sabe nada.’ Muchas mujeres bolivianas cuando empiezan una conversación te dicen ‘te parecerá ridículo, pero pienso tal cosa’ Pero ningún hombre empieza sus opiniones diciendo ‘te parecerá ridículo…’ Este tipo de condicionamientos, obedecen a que estamos acostumbrados a decir ‘ridícula’ cuando sea que una mujer habla o dice las cosas que piensa, y no lo hacemos con el hombre. De entrada, cualquier cosa que una mujer diga esta condicionada por su posible ridiculez, y su veracidad e idoneidad están automáticamente cuestionadas. Mientras que las de los hombres no lo son, lo que no quiere decir que las ideas de los hombres no pueden ser cuestionadas, pero sino que no son paridas defectuosas por naturaleza y las de las mujeres si lo son. Esto es sólo una muestra del uso del lenguaje, podríamos buscar cientos de ejemplos no sólo en el lenguaje verbal, sino también en el físico, y en infinidad de lenguajes.


El camino del cambio se lo está forjando poco a poco, cada vez más mujeres demuestran su idoneidad y su calidad profesional a todos los niveles. Pero algo que observo por ejemplo es que cuando las mujeres salen a trabajar, y empiezan a contribuir económicamente a la casa, no ganan igualdad, aunque si se puede desempeñar a nivel profesional. A nosotros nunca se nos ha exigido que empecemos a cuidar a los chicos, a lavar los platos, a cocinar, a hacer esto y aquello, en fin, a dividir todas las actividades del hogar. Porque ser ama de casa es un trabajo de tiempo completo, no remunerado pero trabajo al fin. ¿Quién ha salido ganando? Pues claramente aquellos que además de tener una mujer que aporta su parte con lo económico, atiende la casa mientras ‘el mira el partido’, y se duerme con uno. Que combo!



Los hombres la tenemos bien fácil, las mujeres no. Y creo que deberían sumar sus voces y empezar a cuestionarlo todo, absolutamente todo. Hacer que sus novios o maridos actúen como iguales, y no conformarse nomás con ‘así son los hombres, ni modo.’ Y esas cosas empiezan desde que uno es pareja, y deberían comenzar desde que uno es niño o adolescente. No es cuestión de crear conflicto, sino que nos percatemos de que actitudes son machistas, y seguimos perpetuando, y como podemos cambiarlas. Estoy seguro que cualquiera que lee esto se da cuenta de sus machismos (hombres y mujeres), y seria prudente que empiecen a cambiar.


Reconozcamos a todos esos movimientos que luchan por la igualdad de la mujer, porque luchan por algo justo. Y reconozcamos ante todo que el machismo esta muy vivo en todos nosotros y que no lo queremos matar, en algunos casos hasta nos gusta. Mi apoyo va para todos aquellos grupos de mujeres que caminan por los senderos de la liberación. Porque ante todo es continuar forjando un camino de liberación, no tanto para liberarse de los hombres, sino del machismo como estructura patriarcal condicionante dentro de la sociedad boliviana tanto en las mujeres como en los hombres. Quizás hablar de un Feminismo Para la Liberación. Y ojo que no hablo de un feminismo excluyente, uno que cree que los hombres somos inferiores. Sino mas bien un feminismo conciliatorio, incluyente, intercultural, combativo, reflexivo y liberador. Un feminismo para ella, para él y por supuesto de todos nosotros.




Nota: Ahora para los que van a salir con bajezas y acusaciones. Les digo que soy hombre boliviano de 25 años, heterosexual. (La necesidad de tener que poner está nota, pone en relieve el nivel de machismo que tenemos en Bolivia).

13.12.07

Pienso en vos Bolivia

Todo es triste.
Es muy triste todo.

Pensar que este país se está yendo al tacho. Y todo porque nadie quiere dar su mano a torcer. Boten sus fusiles. Boten sus Constituciones. Boten sus autonomias. Botenlo todo. ¿De que les sirven esas cosas, cuando el país que dicen amar ya no existe?


La Bolivianidad, es mucho más que un documento que les dice como vivir. Este documento es importante. Pero si para tenerlo, tengo que matar a mi hermano indio, y a mi hermano blanco, y a mi hermano mestizo. Pues renuncio a ello.



Tu vida hermano camba es más importante que cualquier documento.


Yo te quiero vivo!


Tu vida hermano colla es más importante que cualquier libro de leyes.


Yo te quiero vivo!


Tu vida hermano indio es más importante que cualquier papel.


Yo te quiero vivo!


Tu vida hermano chapaco es más importante que cualquier estatuto.


Yo te quiero vivo!


¿Por qué si te quiero vivo hermano boliviano, se empeñan en distanciarnos, y en forzarnos a vernos diferentes?


¿Por qué si te quiero viva hermana boliviana, se empeñan en darnos la espalda?


¿Por qué si te quiero viva Bolivia, se empeñan en descuartizarte?


¿Por qué?



Es muy triste todo.

Todo es triste.


Nota: Cuando pregunto porque se empeñan en que nos veamos diferentes, no digo que no tengamos diferencias raciales, linguisticas, de genero y otras. Sino mas bien que creo que la mayoria de los Bolivianos quieren una Bolivia diferente e inclusiva, que de mas derechos a todos sus ciudadanos, y que proteja a todos los bolivianos, garantias para vivir mejor.


La pregunta va a que no somos diferentes en nuestras aspiraciones por una Bolivia mejor e incluyente, la mayoria de los bolivianos quiere una Bolivia diferente, pero hay celulas extremistas tanto dentro del gobierno como en la oposicion que quieren antagonizarlo todo, como si fuesemos irreconciliables, la pregunta va a eso. Me da tristeza que caigamos en su juego, y que mucha gente que quiere el cambio se deje llevar por los que dicen representar a las masas, eso es lo que me da tristeza.... esta es una llamada a la reflexion... a encontrarnos y darnos cuenta que el cambio es necesario... esa causa no la abandonare nunca... un abrazo a todos!!

10.12.07

Compañera: Corazón de Fuego


Compañera no sólo seré
el dueño de tus brazos,
el destino de tus besos,
el camino de tu cuerpo.

Quiero ser también, un abrigo
para las noches de invierno
Quiero ser también, un hombro
para tus lagrimas y desesperos

Quiero ser también, una mano
para caminar juntos,
para luchar juntos,
por tus sueños, por mis sueños,
y también por los nuestros.


Foto: Happy Feet - Karinga - Flickr


Quiero ser también tu pie
y quiero que tú seas mis ojos
para que en mi, recorras cualquier distancia
y con tus ojos, yo vea todas las metas

Y en un beso profundo y sincero
en una madrugada de enero
cerca del lago de los secretos
te entregue mi compromiso
de amor eterno.


6.12.07

Cuatro Siglos, Dulcinea

‘Me acerco dos pasos, y ella se aleja dos pasos, camino diez pasos, y el horizonte se corre diez pasos más allá. Por mucho que yo camine nunca la alcanzaré, ¿Para que sirve la utopía? Para eso sirve! Para caminar!’ (Eduardo Galeano lo atribuye a Fernando Birri)



Escuche una canción el otro día que fue uno de los más maravillosos regalos que he recibido en mi vida, sí, así bien dramático. La tengo en la webadita de esnips al costadito de mi blog. Se llama Cuatro Siglos, Dulcinea y es de ese gran músico boliviano René Uzqueda (tigro), que recién he conocido, aunque desafortunadamente no lo he conocido personalmente. Creo que esta canción me llego fuerte, muy fuerte, principalmente porque estoy pasando por un momento muy interesante y fantástico en mi vida, en el que muchos sueños se van cumpliendo, y muchas otras ventanas se van abriendo. Son mis ideales sin embargo los que más fuerza están agarrando, y todo quizás porque de un modo u otro la esperanza volvió a mi vida.

La canción trata de las utopías, de los sueños perseguidos, de los ideales y por supuesto, también del amor. Extremadamente acertada la canción, simplemente porque no hay mejor utopía que Dulcinea, y no hay un utópico mas grande que Don Quijote de la Mancha. Creo que la canción nos da una maravillosa mirada a esto de las utopías, nos la pone en vitrina, provocando en nosotros un antojo melancólico y esperanzado de lo que podemos ser, o de a donde podemos llegar, o por lo menos en que dirección debemos caminar.

Entre mis utopías, se encuentra la única verdad en la que creo con vehemencia, que es la libertad, la que no tenemos y que quizás nunca alcancemos, pero por la que creo que es totalmente justificado luchar, escribir, cantar, reír y llorar. Muchas veces ocurre que las frustraciones de la vida y de la realidad nos sumen en momentos de profunda duda y desconcierto, y como consecuencia muchas veces terminamos ahogándonos en la soledad y sumiéndonos en la total desesperación. Es sin embargo muy prudente levantar un poco los ojos, y esperar un poco, aguantar, aguantar antes de armar el zafarrancho, antes de alarmarse y alarmar al resto. Por lo general la vida cruza a nuestra vereda y nos sonríe. O al menos eso me suele suceder a mí.

Voy a seguir soñando con esta canción por muchos años más, al igual que soñé cuando por primera vez escuche Hoy mi deber era, allá en el 98, que fue cuando conocí a Silvio.


En ese entonces la gente me bautizo de utópico, yo tenía sólo 16 años y todos los adultos me decían, ‘que lindo la juventud, tan idealista!’ Pasaron varios años y cuando tenía 20 y estaba en San Simón los adultos no dudaban en decirme ‘lindo es ser joven, uno es idealista, espera a que seas adulto y responsable y todos tus sueños los vas a mandar al tacho.’ Pasaron cinco años, y todavía me dicen ‘cuando seas adulto, dejarás de soñar.’ Me imagino que cuando me case y tenga hijos será lo mismo, me seguirán recomendando que deje de soñar. Pero me rehusó a siquiera verlo como una opción. Prefiero seguir siendo el mismo utópico que fui a mis 16.

‘Nunca pierde la esperanza quien camina de verdad, y saberte inalcanzable me da fuerzas para andar.’ (René Uzqueda).

2.12.07

Ensayo Sobre la Ceguera (Primera Parte)

‘Creo que no nos quedamos ciegos, creo que estamos ciegos, Ciegos que ven, Ciegos que, viendo, no ven.’

José Saramago es un escritor universal, de eso no hay duda alguna. Leí su novela Ensayo Sobre la Ceguera hace aproximadamente dos años y creo que recién ahora estoy preparado para hacerle un pequeño tributo. Es cierto, me tomo muchísimo tiempo hacer un análisis exhaustivo de la novela, y creo que lo seguiré haciendo, después de todo siempre es prudente decir ‘es muy pronto para sacar conclusiones.’


En su Ensayo Sobre la Ceguera, José Saramago presenta la fragilidad que existe en la estructura social elaborada y adaptada por países de occidente y perseguida e idealizada por el resto de los países. Miedo, terror, vergüenza, frustración, aislamiento y desolación son algunos de los factores que aceleran el colapso de un sistema que es por su propio mérito complejo e ineficiente. Sin embargo Saramago no busca que uno, sólo encuentre defectuoso el sistema desde un punto de vista material sino más bien que uno pueda desarrollar y ampliar este análisis a un nivel metafísico.




¿Debe acaso entenderse la novela como una metáfora crítica a nuestra realidad? ¿Acaso la ceguera nos domina? ¿Somos quizás ciegos, que viendo, no vemos? La sociedad occidental y su racionalismo, productos de la Ilustración y los avances tecnológicos de los últimos dos siglos han alcanzado un nivel de abstracción nunca antes imaginado. El materialismo y la solidificación de estructuras políticas, económicas culturales y sociales han desarrollado en nosotros una visión más bien geométrica y simplista en la que se recurre a la indiferencia y al olvido como llaves de un supuesto futuro pacífico, organizado, desarrollado y supuestamente confortable. Saramago hace hincapié en cada uno de estos puntos y desarrolla una magnífica novela en la que el lector pasa a ser uno más de los ciegos, protagonistas de la misma. Es cautivante el estilo de la novela en la que los diálogos y nombres propios de los protagonistas son inexistentes desorientándonos y cegando así nuestra propia capacidad de reconocerlos. No obstante, es necesario que el análisis aquí presentado sea enfocado y limitado a algunos de los temas que más presencia tienen en la novela, y que de un modo u otro pueda yo dar paso a la comprensión de lo explorado por la misma, entre estos se encuentra el miedo, algunas de sus variaciones y las consecuencias provocadas por este.


El miedo está presente en cada rincón de la novela, desde los primeros párrafos en los que el primer ciego siente miedo y descontrol al hallarse invidente e impotente, hasta los últimos momentos en los que los ciegos a pesar de recobrar la vista tienen miedo a la realidad. Una de las formas en la que el miedo se presenta en la novela y que tiene consecuencias inmediatas y de largo plazo para la sociedad de Ensayo Sobre la Ceguera es sin duda el miedo político. En cierto modo este miedo será primeramente abusado por el gobierno para restar libertades a los individuos e incrementarse poderes a si mismo. Por la velocidad de la novela el atemorizado será luego el gobierno puesto que el colapso es inminente y nuevamente se recurrirá a la represión y al abuso de poder. Es cuando el miedo se hace universal que la sociedad colapsa y la anarquía caótica reina.


Debido a las necesidades de la novela, el análisis aquí presente no es completamente presentado por Saramago sino más bien deriva de lo que yo creo es pertinente mencionar y ampliar. Corey Robin, un gran profesor de ciencias políticas norteamericano, nos dice que los líderes de una nación o ciudad tienen la capacidad de definir a que o a quienes la sociedad debe de temer. En la novela este tipo de poder es ejercido de una manera autoritaria y absoluta, el gobierno se reserva el derecho de aislar, maltratar y discriminar a los afectados por la ceguera bajo la premisa de garantizar la seguridad para el resto de la sociedad. Es posible asumir que los ciudadanos del país, extremadamente atemorizados por la naciente epidemia, y que aun no hayan sido afectados por la misma se muestren dispuestos a perder sus libertades y derechos para así sentirse protegidos. Al mismo tiempo el gobierno crea para los afectados por la enfermedad una identidad que los aísla y diferencia del resto de la sociedad. Como nos decia Simone de Beauvoir, ‘la categoría de lo Otro es tan original como la conciencia misma. En las sociedades más primitivas, en las mitologías más antiguas, siempre se encuentra un dualismo que es el de lo Mismo y lo Otro… Ninguna colectividad se define jamás como Una sin colocar inmediatamente enfrente a la Otra.’ En la novela, los ciegos pasan a ser los Otros, es decir a esta minoría (luego mayoría) se le atribuye una identidad diferente a la oficial. Nadie parece estar en desacuerdo con las medidas que tome el gobierno puesto que sólo afectaran a los Otros y no a los Mismos, siendo los Mismos todos aquellos que no puedan ser marginados debido a que no cumplen las exigencias de identidad de los Otros.




La existencia de los Otros es necesaria no solamente en la novela, sino en todas las estructuras sociales. ‘Para el nativo de un país, los habitantes de los países que no son el suyo aparecen como «extranjeros»; los judíos son «otros» para el antisemita, los negros lo son para los racistas norteamericanos, los indígenas para los colonizadores’ y para la sociedad creada por Saramago lo son los ciegos. Aunque estos pasan a ser una mayoría debido a la velocidad con la que avanza la novela y por las otras connotaciones metafóricas que la novela pretende alcanzar. Es más realista pensar que en el día a día estos Otros pueden ser minorías como en el caso de sectas religiosas, inmigrantes o grupos étnicos; o mayorías como es el caso de la mujer, en casi todas las sociedades, o grupos indígenas en ciertas sociedades. Los Otros son discriminados, marginados y limitados, las estructuras sociales crean por medio del miedo político mecanismos por los cuales su identidad es una amenaza a la estabilidad y a la estructura social y por tanto su marginación, limitación y discriminación es absolutamente justificada.


En la novela el gobierno dicta: ‘El Gobierno lamenta haberse visto obligado a ejercer enérgicamente lo que considera es su deber y su derecho, proteger a la población por todos los medios de que dispone en esta crisis por la que estamos pasando’ Estas son quizás las palabras que cualquier gobierno usaría para justificar las medidas que toma, y para invadir la privacidad y eliminar las libertades establecidas. En consecuencia, Saramago claramente nos dibuja una situación en la que libres ciudadanos de una sociedad que suponemos democrática va autodestruyéndose y redefiniendo sus identidades y roles. Y así es como nuestras estructuras sociales no sólo aceptan, sino también exigen y agradecen: genocidios, torturas, desaparecidos, eutanasias, discriminaciones, racismos, y muchos otros que son justificados como medidas de seguridad para salvaguardar la identidad y la nación. Es además primordial entender que el miedo con la magnitud y densidad, adquiridas por las circunstancias, puede justificarlo todo. Uno de los protagonistas de la novela claramente nos dice, ‘no se acuse, fueron las circunstancias, aquí todos somos culpables e inocentes, peor, mucho peor fue lo que hicieron los soldados que nos vigilan, y hasta ésos podrán alegar la mayor de todas las disculpas, el miedo.’



Thomas Hobbes planteaba que todos los hombres son naturalmente libres, y que es en absoluto dominio de su libertad que estos acceden a perder algunos de sus derechos y libertades para formar una sociedad. Hobbes también deduce que todos los hombres que firman el supuesto contrato social también lo firman en nombre de las generaciones posteriores que ellos engendren. Aceptamos este pensamiento junto al de John Locke como racionales, estos forman las bases de la sociedad occidental, y están siendo o han sido aplicados a otras sociedades. Ensayo Sobre la Ceguera muestra con un crudo realismo la fragilidad de nuestro sistema, contratos sociales son irrelevantes cuando cada individuo sólo observa su propio bienestar y seguridad y cuando el miedo se hace absoluto, causando que las estructuras se hagan irrelevantes. El contrato social sólo refleja el compromiso del individuo para con el Estado o el gobierno, la inexistencia de un contrato comunal que sea capaz de redefinir compromisos entre unos y otros individuos es primordial. Gabriel García Márquez nos muestra en Cien Años de Soledad que quizá la aceptación del contrato social con los gobiernos y la creación de estructuras sociales sea la causa del colapso, José Arcadio Buendía se apresuraba a rehusar la entrada del gobierno a Macondo ‘En este pueblo no mandamos con papeles… Y para que lo sepa de una vez, no necesitamos corregidor, porque aquí no hay nada que corregir.’


(Continuara)

Ensayo Sobre la Ceguera (Segunda Parte)

Saramago observa que el miedo es una herramienta elemental en la organización social. Corey Robin nos dice ‘sin peligro y el miedo causado por este, no solamente nos falta la convicción de los valores políticos sino también todas las convicciones. Nos sentimos muertos. Solamente ante el miedo sabremos crear un accionar y podremos creer que existe algo que justifique nuestros esfuerzos por mantener nuestra presencia en el mundo.’ En la novela el miedo invade a todos y se hace permanente. Se respira miedo, se oye miedo, uno se alimenta de miedo, se lo puede tocar y sentir en todas partes. Quizá los ojos permitirían que este miedo sea menos permanente, pero la ausencia de los mismos hace el miedo general, constante y absoluto. José Saramago es también capaz de criticar esto y refleja en diversos momentos de la novela ideas que identifican el miedo como causa y efecto. ‘Los ciegos están siempre en guerra, siempre lo han estado… No supimos resistir como deberíamos cuando vinieron con las primeras exigencias, Pues no, tuvimos miedo.’


El miedo a los Otros está presente en toda la novela, aunque al principio es el gobierno el que sabe aprovecharlo y usarlo; el miedo se incrementa e individualiza, cada ser teme al resto, y siente vergüenza de sí mismo, la dualidad Mismo/Otro se individualiza y generaliza puesto que cada ser se convierte en un Otro. La frustración, aislamiento y soledad se hacen generales, todos están solos. Cada ser siente tristeza y miedo al resto y a su propio ser, puesto que se sabe degradado y humillado. Al mismo tiempo ignora su estado y la nauseabunda fetidez de su ser se hace costumbre, la perdida de la vista, cree el ciego, le permite al menos no ver su realidad. Como si la realidad sólo se viese y no se sintiese. El miedo a los Otros se transforma en miedo a la realidad, y entra en la conciencia de todos los ciegos, aislando los individuos y generando en ellos un sentimiento de profunda soledad. ‘El miedo ciega… Son palabras ciertas, ya éramos ciegos en el momento en que perdimos la vista, el miedo nos cegó, el miedo nos mantendrá ciegos.’


‘Cuando estoy sola, estoy conmigo misma, junto a mi mismo ser, y por tanto somos dos en uno. Mientras que en la desolación soy sólo una, abandonada y aislada por todos los demás,’ estas son las palabras de Hannah Arendt, que propone en sus Orígenes del Totalitarismo que es la desolación la que prepara el terreno para el totalitarismo, la que al invadir todas las escenas de interacción social y ser capaz de aislar a cada individuo, habilita al Gobierno (o institución con similar autoridad) para asumir características totalitarias. La soledad es un recurso personal por el cual nos abandonamos a nosotros mismos quizás a la reflexión, quizás al análisis de nosotros mismos. En la desolación, estamos en compañía pero sin embargo hemos sido completamente abandonados y aislados, todos nos ven pero nadie nos mira. En la ceguera la desolación no sólo invade unas minorías, está presente física y espiritualmente en cada individuo, a pesar de todos verse rodeados por otros ciegos no hay nadie que no se sienta desolado. A pesar de que los protagonistas se tienen el uno al otro, y saben actuar con cierto compañerismo, ellos se saben desolados. Si bien tenemos a la mujer del doctor como estructura inamovible de esperanza y fortaleza, entendemos que incluso ella se siente desolada. Ana Arendt decía, ‘la vida solitaria puede convertirse en soledad; esto sucede cuando yo mismo soy abandonado por mi propio yo. Los hombres solitarios siempre han experimentado el peligro de la soledad cuando ya no pueden hallar la gracia redentora de la compañía para salvarles de la dualidad, del equívoco y de la duda.’



La soledad, consecuencia del miedo absoluto, en la que los ciegos se ven atrapados es demasiado pesada, parece absurda pero sin embargo es racional. Por más putrefacto y decrepito que se hace el ambiente el ciego sigue viviendo y su soledad se va haciendo cada vez más profunda. Cada vez depende más de aquellos que lo rodean, le es muy difícil al ciego tan sólo imaginar que sus compañeros se alejen. Sin embargo su soledad le colma el espíritu, absorbe su vida, abstrae su realidad, detrae su personalidad y lo consume. Puede el ciego seguir viviendo su miseria o dejarse comer por el insomnio, la indiferencia o la muerte. ‘Nos volveremos locos de horror… Se sintió desgraciado, desgraciado a más no poder, allí, con las piernas arqueadas, amparando los pantalones que rozaban el suelo repugnante, ciego, ciego, ciego, y, sin poder dominarse, empezó a llorar en silencio.’


Es primordial entender que la ceguera no es la causa de la desolación, la ceguera simplemente permite a los ciegos verse solos, entenderse abandonados, saberse muertos. ‘Quien va a morir ya esta muerto y no lo sabe… por eso en cierto modo, es como si ya hubiéramos nacido muertos.’ Pero no porque la vida no sea capaz de existir en este mundo de ciegos, sino porque el tipo de sociedades creadas por los hombres es desde el punto de vista de Saramago atemorizante, pestilente y decadente. El miedo a la vida y al cambio es lo que mantiene a la gente ciega, miedo de sí mismos y miedo de los Otros que debido a la estructura de nuestra sociedad acaban siendo todos los demás. ‘Más necesidad tendrían los que están vivos de resurgir de sí mismos, y no lo hacen. Estamos ya medio muertos, respondió el médico, Todavía estamos medio vivos, contesto la mujer.’


Cuando el miedo se ha hecho total, la estructura social colapsa y tan sólo quedan grupos seminómadas que sólo se encargan de garantizar su propia seguridad. Existen también aquellos que quieren crear nuevos grupos presentando como ofertas la salvación espiritual, la destrucción social y otros la tan ansiada re-organización. Más es obvio que todo esto es inútil, el desastre caótico y anárquico muestra que realmente Hobbes estaba en lo correcto cuando proclamaba que el hombre es lobo del hombre. ‘Un Gobierno, una organización… está viva mientras se mantiene organizada… la experiencia de esta ceguera sólo nos ha traído muerte y miseria, mis ojos no han servido para nada.’


Siendo los miedos tan diversos, es pertinente el mencionar que el miedo está también presente en la libertad. Si bien el Gobierno usa el miedo político para poder eliminar las libertades y suprimir los derechos, esa libertad no es la libertad absoluta. La libertad absoluta, sugerida acaso por Saramago, sólo aparecerá cuando el gobierno desaparezca y con este todas las instituciones y estructuras sociales, económicas, políticas y culturales. Es cuando la libertad se hace presente que el miedo se intensifica, es un miedo a lo desconocido, un miedo absoluto a la incertidumbre, a la independencia, a la soledad. ‘Le dices a un ciego, Estás libre, le abres la puerta que lo separa del mundo, Vete, estás libre, volvemos a decirle, y no se va, se queda allí parado en medio de la calle, él y los otros, están asustados, no saben adónde ir, y es que no hay comparación entre vivir en un laberinto racional, como es por definición, un manicomio, y aventurarse en el laberinto enloquecido [el de la libertad].’ Este miedo a la libertad es más abstracto, no se lo ha explorado mucho en la novela, probablemente porque el autor debía ante todo mostrar el miedo y la soledad como instrumentos de análisis social, y la libertad más como consecuencia de cambio ideológico. Aunque el tema no se lo haya explorado mucho, es importante entender que la gran incógnita al finalizar la novela radica en la posibilidad de retornar a lo acostumbrado o transformar todo y crear una nueva forma de vida menos aislada, más comunal y sobre todo más libre.


'Libre' - Majovilla - Fuente Flickr


En el mundo donde la ceguera es general, la espiritualidad y la existencia del alma como punto de reflexión y conexión humana están ausentes, ‘no olvides lo que somos aquí, ciegos, simplemente ciegos, ciegos sin retórica ni conmiseraciones, el mundo caritativo y pintoresco de los cieguitos se ha acabado, ahora es el reino duro, cruel e implacable de los ciegos.’ El miedo a la muerte, y la muerte como realidad son también constantes en la novela. Genocidios hay varios, también la muerte por accidentes y simples asesinatos. Pero creo que es importante el entender dos aspectos de la muerte que existen en la novela y que son quizá muy ricos y fortalecen el análisis. El primero es la justificación del asesinato como ultimo recurso para alcanzar la justicia, ‘Y cuando es necesario matar, se preguntó a sí misma mientras se dirigía hacia el zaguán, y a sí misma se respondió, Cuando está muerto lo que aún está vivo.’ El segundo aspecto es el de la muerte espiritual, momento en el que los ciegos entienden que su ser ha dejado de existir metafísicamente y solamente queda la materia que se pudre. ‘Lo que pienso es que estamos ya muertos, estamos ciegos porque estamos muertos, o, si prefieres que te lo diga de otra manera, estamos muertos porque estamos ciegos.’


El miedo, la soledad, la libertad y la muerte son a su vez causas y efectos, cada uno de estos provoca en cierta forma la aparición de los otros, pero es probablemente el miedo en todas sus formas el que produce la soledad, la libertad y la muerte. Saramago presenta en esta novela un análisis tan profundo y detenido de estos aspectos que debieran sernos naturales pero sin embargo provocan en nosotros tanta sorpresa y desconcierto. Sabernos ciegos es quizá la más importante conclusión que podemos obtener, lo que nos llevará (esperemos) en la dirección del cambio y la transformación social. Las observaciones y críticas a las estructuras sociales, son pertinentes y acertadas. José Saramago nos ofrece una novela que nos sume en la reflexión y nos deja un sabor tan agrio que nos vemos forzados a abrir los ojos.


'Detras del miedo esta la libertad' - Supmarilore - Fuente Flickr