16.10.09

Este Inmenso Sentimiento (Fragmentos del diario de una jovencita)

Halle esto en el The Best American NonRequired Reading del 2008, parte de la serie de libros anuales editados por Dave Eggers. El libro trae consigo una serie de artículos de Journals Literarios, ficción, no ficción, investigaciones periodísticas, comics, y otras cosas algunas graciosas, algunas no. Algo diferente para cada gusto. A continuación, traduje uno de los artículos, en realidad el original es más largo, procurare traducir el resto. Fue escrito por Laurie Weeks, y originalmente apareció en Vice Magazine.


Estimada Sylvia Plath:


Hola, tengo catorce años, se que estás muerta, pero es la una de la madrugada y mi padre esta borrachísimo y anda echando insultos y cayéndose alrededor de la piscina como un chorizo, es un maldito hijo de puta. Un par de segundos atrás, me hallaba en la cocina, parada, y cogiendo por el mango un cuchillo de carnicero para ir a matarlo antes de que el nos mate a disparos, pero me acobarde, yo sabía que tu padre también era un problemático, es por eso que puedo sentirme tan cerca de tus poemas, en especial aquellos sobre él, que es un Nazi que te mantenía viviendo en su pocilga, incluso pese a que hasta hace unos minutos yo básicamente detestaba la poesía, así que te escribo esta carta porque… Ahora el está saliendo de la piscina como un monstruo y grita Puta!! Dios santo Sylvia, si pudieses oírlo, es como si ni siquiera fuese humano. Ahora acaba de caer de espaldas como una roca, Achtung a ti Nazi hijo de la gran puta!!, ahógate de una vez para que pueda relajarme. Escucha, Sylvia, no puedo creer que hayas metido la cabeza en ese horno, eres una loca de atar! Estoy completamente aterrada con la idea de morir, aunque sí me hallo profundamente deprimida. Hay tan poco tiempo en la vida para hacer lo que uno quiere, te cuento más cosas luego.


Tuve que mirar a través de la ventana porque de pronto todo se puso muy tranquilo, pero él ha colapsado y está en el suelo tirado como un simio. Es triste, pero que se vaya a la mierda. Sylvia, he sido torturada con la idea de morir por muchos años, prácticamente desde que leí Mujercitas, y me di cuenta que todos estamos condenados, y mi vida se arruino por completo. Pero un día abrí un libro tuyo, La Campana de Cristal, y literalmente, morí de un shock. Por primera vez en mi vida vi que alguien representaba en un libro todas las emociones que yo sentía, ¡ni siquiera creía que era correcto escribir sobre ellas! Nunca lo hubiese descubierto por mi propia cuenta. Como cuando decías que los tulipanes estaban respirando y me di cuenta que yo siempre los veía respirando pero que vivía negándolo. Dios mío, odio sentir compasión por el hijo de puta después de que él ha estado asustándome toda la maldita noche. Procuro que no me afecte, pero no puedo evitarlo, cuando lo veo ahí, botado en el pasto, completamente solo, parece que está avergonzado y confundido, como si no entendiese lo que está ocurriendo y nadie pudiese ayudarlo. En realidad no quiero que él se tropiece y muera, sólo quiero que caiga y pierda el sentido un poquito, así conseguiré dormir. Aunque sé que entonces soñare que él nos persigue con su revólver, pero bueno, ni modo. Casi siempre quiero decirle, no te preocupes, no es culpa tuya, todo el mundo te quiere, ya hallaremos alguna forma de hacer que todo esté bien. Pero no puedo, es un desquiciado e inhumano cuando esta así, no puedes hacer que entre en razón, además, de ninguna manera saldría yo sola, él es como un oso que jamás aprendió inglés y parece dulce y tierno cuando lo acaricias, pero de pronto sientes un colmillo en tu cerebro y un sonido resquebrajado y masivo que te vuela los ojos, mientras te das cuenta que tu cabeza está siendo triturada hasta que mueres en sus mandíbulas arrasadoras.


Sylvia, hay tantas cosas que quiero expresar, pero es una noche de escuela, te contare más cosas luego. SI es que mañana sigo viva. ¿Cuán perfecto sería que mi padre me mate esta noche y que luego encuentren ésta carta debajo de mi cuerpo? ¡Toda bañada con sangre!


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