‘En la región llamada interandina, vegeta desde tiempo inmemorial, el indio aymará, salvaje y huraño como bestia de bosque, entregado a sus ritos gentiles y al cultivo de ese suelo estéril en que, a no dudarlo, concluirá pronto su raza.’ (Alcides Arguedas – Pueblo Enfermo 1910).
Así es como en 1910 una de las figuras más importantes de la elite intelectual boliviana decretaba el fin del pueblo aymará y de todos los indios bolivianos, que por pertenecer a razas inferiores dentro de la humanidad pues no les quedaban más opciones que ser exterminados por la Civilización. Arguedas jamás renuncio a su visión de la realidad boliviana, y al final de su vida se convirtió en un admirador de Adolf Hitler, lastimosamente sus ideas calaron muy profundo y todavía hoy mucha gente piensa que es la ‘inferioridad cultural’ indígena la causa principal de lo que se considera es el subdesarrollo boliviano.
Hoy Bolivia se encuentra ante muchas disyuntivas y notorias indecisiones, aquellos que fueron relegados a simple postal autóctona, o adorno folklórico, exigen sus derechos. Principalmente su derecho a existir, mellado por cientos de años. Pero también su derecho a rebelarse, a hacerse oír. ¿Por qué le cuesta tanto a la gente ‘bien’ entender que no sólo ellos tienen derechos?
Hablan tanto de falta de dialogo e intransigencia de parte del gobierno. Pero no se ven al espejo. Son ellos los que se rehúsan a dialogar, a entender que sus privilegios de clase no van más, que el cambio ha llegado y esta aquí para quedarse. Despiértate Boliviano, mira a tu alrededor.
En la recientes conmemoraciones al Che Guevara se habla mucho de que el no tuvo éxito en el altiplano, con la gente indígena. Pero eso es lo que la historia oficial pretende mostrarnos. La historia real, nos dice otras cosas. En los años 60 y 70 existieron en Bolivia movimientos indígenas y mineros muy importantes, que pudieron haberse convertido en focos revolucionarios. La represión, el exilio, asesinato y desaparición de muchos de los lideres de estos movimientos, por la dictadura y otros aparatos represores como la CIA, el Plan Cóndor, etc., disminuyeron la fuerza que estos movimientos pudiesen haber tenido, pero jamás apagaron la tea de la esperanza, ni dinamitaron el camino del cambio y la igualdad. Si alguien tiene interés en saber mas al respecto déjenmelo saber, después de todo soy historiador.
Ante la arrogancia de Alcides Arguedas, los dejo con esto que nos muestra más bien que el pueblo indio boliviano, no esta desapareciendo, ni siendo eliminado por la civilización. Esta más bien recobrando su fuerza y poco a poco reconstruyendo sus formas de entender, sentir y conocer la realidad. Pronto, en unos años, podremos observar alternativas a la ‘civilización’, alternativas que siempre han existido pero que nunca han podido mostrarnos su realidad. Su filosofía.
‘Nosotros, los campesinos quechuas y aymaras lo mismo que los de otras culturas autóctonas del país, decimos lo mismo. Nos sentimos económicamente explotados y cultural y políticamente oprimidos. En Bolivia no ha habido una integración de culturas sino una superposición y dominación habiendo permanecido nosotros, en el estrato más bajo y explotado de esa pirámide… ¡Los campesinos estamos oprimidos pero no vencidos!’ (Manifiesto de Tiwanaku – 1973)
No hay comentarios:
Publicar un comentario