6.12.07

Cuatro Siglos, Dulcinea

‘Me acerco dos pasos, y ella se aleja dos pasos, camino diez pasos, y el horizonte se corre diez pasos más allá. Por mucho que yo camine nunca la alcanzaré, ¿Para que sirve la utopía? Para eso sirve! Para caminar!’ (Eduardo Galeano lo atribuye a Fernando Birri)



Escuche una canción el otro día que fue uno de los más maravillosos regalos que he recibido en mi vida, sí, así bien dramático. La tengo en la webadita de esnips al costadito de mi blog. Se llama Cuatro Siglos, Dulcinea y es de ese gran músico boliviano René Uzqueda (tigro), que recién he conocido, aunque desafortunadamente no lo he conocido personalmente. Creo que esta canción me llego fuerte, muy fuerte, principalmente porque estoy pasando por un momento muy interesante y fantástico en mi vida, en el que muchos sueños se van cumpliendo, y muchas otras ventanas se van abriendo. Son mis ideales sin embargo los que más fuerza están agarrando, y todo quizás porque de un modo u otro la esperanza volvió a mi vida.

La canción trata de las utopías, de los sueños perseguidos, de los ideales y por supuesto, también del amor. Extremadamente acertada la canción, simplemente porque no hay mejor utopía que Dulcinea, y no hay un utópico mas grande que Don Quijote de la Mancha. Creo que la canción nos da una maravillosa mirada a esto de las utopías, nos la pone en vitrina, provocando en nosotros un antojo melancólico y esperanzado de lo que podemos ser, o de a donde podemos llegar, o por lo menos en que dirección debemos caminar.

Entre mis utopías, se encuentra la única verdad en la que creo con vehemencia, que es la libertad, la que no tenemos y que quizás nunca alcancemos, pero por la que creo que es totalmente justificado luchar, escribir, cantar, reír y llorar. Muchas veces ocurre que las frustraciones de la vida y de la realidad nos sumen en momentos de profunda duda y desconcierto, y como consecuencia muchas veces terminamos ahogándonos en la soledad y sumiéndonos en la total desesperación. Es sin embargo muy prudente levantar un poco los ojos, y esperar un poco, aguantar, aguantar antes de armar el zafarrancho, antes de alarmarse y alarmar al resto. Por lo general la vida cruza a nuestra vereda y nos sonríe. O al menos eso me suele suceder a mí.

Voy a seguir soñando con esta canción por muchos años más, al igual que soñé cuando por primera vez escuche Hoy mi deber era, allá en el 98, que fue cuando conocí a Silvio.


En ese entonces la gente me bautizo de utópico, yo tenía sólo 16 años y todos los adultos me decían, ‘que lindo la juventud, tan idealista!’ Pasaron varios años y cuando tenía 20 y estaba en San Simón los adultos no dudaban en decirme ‘lindo es ser joven, uno es idealista, espera a que seas adulto y responsable y todos tus sueños los vas a mandar al tacho.’ Pasaron cinco años, y todavía me dicen ‘cuando seas adulto, dejarás de soñar.’ Me imagino que cuando me case y tenga hijos será lo mismo, me seguirán recomendando que deje de soñar. Pero me rehusó a siquiera verlo como una opción. Prefiero seguir siendo el mismo utópico que fui a mis 16.

‘Nunca pierde la esperanza quien camina de verdad, y saberte inalcanzable me da fuerzas para andar.’ (René Uzqueda).

5 comentarios:

Unknown dijo...

La esperanza es lo ultimo que se pierde, ¿quien dijo que las utopias no se pueden hacer realidad?... solo hay que ser pacientes y tener el coraje necesario. cosas que ultimamente no van juntas. Saludos!

Ergar dijo...

Esos descubrimientos dan gusto hacerlos, marcan la vida y luego al escucharlos te traen el momento plenamente.
Si quieres el disco de René (Tigro le decimos)avísame y coordinamos algo.
Saludos.

La Vero Vero dijo...

Don Quijote.

Caballero de la juventud inmortal:
a los cincuenta años se dejó arrastrar
por su idea, que latía en su pecho.

Una mañana de julio salió a la conquista
de lo bello, lo recto, lo justo.

Ante sí: el mundo
con sus gigantes tontos y mulos.

Debajo: Rocinante.

Triste, pero heroico.

Yo lo sé:
si por azar cayeras en la pura nostalgia
y tienes además un corazón más blando que la nieve,
no habrá más caminos, Don Quijote mío, no habrá más caminos.

Hay que luchar con los molinos.

Tienes razón.

Sin duda, tu Dulcinea es la mujer más bella de la tierra.

Sin duda hay que gritarlo a la cara de los hipócritas.

Te arrojarán a tierra.

Te apalearán ferozmente.

Pero tú, paladín invencible de nuestra sed,
seguirás ardiendo como una llama
firme dentro de tu coraza de hierro.

Y Dulcinea se volverá doblemente más bella.

(Nazim Hikmet)

Mi corazón ha latido con fuerza, amigo. Un abrazo.

Pd. No le creas a ese Edgar, sólo se dedica a piratearlo a mi amigo. je!

Lilyth dijo...

¿Me prometes que cuando seas adulto no dejaras de soñar? jajaja tengo días tratando de dejarte un comentario pero tengo problemas técnicos, asi que termino antes de que esta pobre maquinita se cuelgue (otra vez)
ah!!! me sacaste mi canción!!! buuu ;)

utópico dijo...

joup: tienes toda la razon, las utopias las tiene uno no solo que soñar, sino vivir. Saludos!

ergar: te voy a estar avisando, me gustaria mucho tenerlo el disco, prometo comprarlo en cuanto llegue a Bolivia, pero si el maravilloso multiverso del internet nos permite hacerlo mas facil... pues no me molesto. jajaja. Saludos!

vero vero: lindo poema. El quijote es un ser eterno del que se puede hablar toda la vida. Hay gente que le dedica su vida entera a tratar de entenderlo. En fin. gracias por la visita. Saludos!

lilyth: te puse la cancion de nuevo. Y te lo prometo. saludos, y pasala bien en tu viaje!! un beso.