14.3.08

(Re)Encuentros

Todas las parcelas de mi vida tienen algo tuyo
y eso en verdad no es nada extraordinario
vos lo sabés tan objetivamente como yo.


No se si lo he contado… Todavía no se, si lo he expresado de la forma precisa… he debatido conmigo mismo toda la mañana… y toda la noche… pensando y repensando si lo he dicho o no… pero si no lo dije, lo digo ahora. ¡Necesito tomar un avión ya! En este momento… y en todos los momentos en los que no concilio entenderme, y en todos los momentos en que si le hallo lógica a la realidad… es decir, lo necesito cuando soy yo mismo, y cuando soy la idea de mi mismo, cuando soy nada, y cuando siento que soy todo, cuando me desvanezco, y cuando reaparezco en las particulitas que me forman… lo necesito cuando duermo, cuando sueño, cuando despierto, cuando suspiro y por su supuesto cuando expiro…



Sin embargo hay algo que quisiera aclararte
cuando digo todas las parcelas
no me refiero sólo a esto de ahora
a esto de esperarte y aleluya encontrarte
y carajo perderte
y volver a encontrar
y ojalá nada más.


Acostumbro habitar un lugar muy sombrío, oscuro y solitario, por lo general, tengo las cortinas cerradas, me molesta la luz, me gusta divagar en mis pensamientos, en ideas melancólicas, o recuerdos nostálgicos… soy un ser exasperante, no lo niego… puedo desquiciar a cualquiera, mi forma de ser es en extremo distraída y ensimismada, me preocupa la situación mundial, me arrebato pensando en el calentamiento global, rasguño los muros de la ciudad en que vivo pensando en lo conflictivo de la situación de mi país, leo noticias y me hundo en la desesperación, en fin... soy un desastre… no podría negarlo. Al mismo tiempo, soy el utópico, un tipo repleto de esperanza, de sueños, de posibilidades infinitas, de ganas de crear un mundo mejor, un romántico empedernido, un cursilero de tercera…en fin… todo eso y más.


No
la cosa es muchísimo más grave
cuando digo todas la parcelas
quiero decir que además de ese dulce cataclismo
también estas rescribiendo mi infancia
esa edad en que uno dice cosas adultas y solemnes
y los solemnes adultos las celebran
y vos en cambio sabés que eso no sirve


Desde hace ya varios meses me dispuse a crear este rincón digital, para que los prisioneros de la melancolía y los habitantes de la soledad pueden reconocerse en los absurdos que escribo, el resultado fue mucho más lejos de cualquier expectativa que tenía con el mismo… He conocido a gente maravillosa a través de este medio y a todos ustedes mis acostumbrados ‘saludos!’ Debo, sin embargo, reconocer algo demasiado grato, producto de esta aventura creativa. En los últimos meses alguien ha ido habitando todos mis momentos, todos mis pensamientos, y poco a poco se ha ido apoderando de todos mis sentimientos. No se lo reclamo, ni recrimino, ni encaro, más bien se lo agradezco. En pocas horas nos estaremos (re)conociendo, por primera vez… ya falta muy poco… Cruzare el Atlántico, en Virgin Airways hasta Londres, y lueguito a Barcelona, donde espero tropezarme con los mal trazados garabatos que llamamos destino…


quiero decir que estás rearmando mi adolescencia
ese tiempo en que fui un viejo cargado de recelos
y vos sabés en cambio extraer de ese páramo
mi germen de alegría y regalarlo mirándolo


Solía vivir en mi propio mundo, muy solitario, muy mío, muy desolado… y desde que ella ha entrado en mi vida, todo se ha puesto muy diferente, he reacomodado los muebles de mi personalidad para que los dos nos sintamos más cómodos. He sacado el sillón que usaba para ver tele y leer mis libros, y he puesto un sofá amplio, donde los dos podremos sentarnos a ver películas, siempre con una caja enorme de pañuelos desechables, para cuando las mismas hagan que sus lagrimas invadan la habitación, ella se apoye en mi hombro a llorar de cosas que para muchos no tienen sentido, pero que yo me empeñare en compartir. He cambiado las cortinas de mis ventanas, por unas de colores más alegres, y ahora desde que me habita, trato de no tenerlas cerradas, y de que siempre entren rayos de luz que nos iluminen y compartamos. He barrido el suelo de tristezas y nostalgias, que andaban desparramadas por todo lado, las he acomodado en el librero, en medio de las hojas de los libros de poemas, para que cuando llueva nos sentemos juntitos a tomar el chocolate o el té que hubiésemos preparado y los leamos, sumergiéndonos en las desgarradoras letras de todos aquellos sentimientos que pueblan la melancolía. He encajonado algunos recuerdos que andaban tirados, con los que solía tropezarme constantemente, culpables de muchas de mis noches de insomnio y absoluto vacío, los he guardado en el closet, amontonados, no puedo conmigo mismo, y a pesar de haber tratado de organizarlos por orden alfabético o cronológico, creo que su desorden es el orden más adecuado, así cuando los vea, serán como una película de imágenes entrecortadas con temas particulares, y no prolongadas escenas de sinsentido inundadas de lo incoherente que es mi forma de ser.


quiero decir que estás sucumbiendo mi juventud
ese cántaro que nadie tomó nunca en sus manos
esa sombra que nadie arrimó a su sombra
y vos en cambio sabés estremecerla
hasta que empiecen a caer las hojas secas
y quede la armazón de mi verdad sin proezas


Poco a poco, voy reordenándolo todo… no porque me lo haya pedido. Sino porque estoy cambiando, constantemente, reinventándome. Ando reconstruyendo zonas de mi ser que creí totalmente perdidas, aprendiendo nuevamente a sonreír o sonrojarme ante recuerdos o melodías que hemos sabido compartir, a pesar de la distancia que nos separa. Mientras hago mis valijas, pienso en las muchas cosas que vamos a hacer juntos, en los miles de segundos que voy a pasar a su lado, en los millones de besos que pienso acumular, en los cientos de recuerdos fotográficos que pienso colgar en los muros de mi absurda memoria. Pienso en ella y de nuevo en ella, y nuevamente río, y me desespero de tenerle, de estar con ella, de compartir sus palabras, y su silencio, y su ruido, y sus respiraciones, y suspiros, y sus gestos, sus peleas, sus desquicios, sus ojos que me dicen todo, sus labios que quieren juntarse con los míos, sus manos que quieren enredarse con las mías, su cuerpo que quiere ser uno con el mío…


quiero decir que estás abrazando mi madurez
esta mezcla de estupor y experiencia
este extraño confín de angustia y nieve
esta bujía que ilumina la muerte
este precipicio de la pobre vida.



Durante nueve días estaremos recorriendo diferentes calles, callejones, paisajes, boliches, aeropuertos, parajes, hoteles… y sin fin de lugares… viviremos de risas inconcebibles, de desesperos inevitables, de equivocaciones tumultuosas, de tropiezos espirituales, de besos descontrolados, de paciencia extrema. En fin… todos los recuerdos se irán acomodando, y sea cual sea el resultado de tan esperado encuentro, los recuerdos serán simplemente memorables, dignos de muchos posts… y hasta de una novela. Ya sea esta romántica, cómica, o trágica, aunque debo confesar que preferiría una combinación de las dos primeras.


¡¡A tod@s los que me desearon suerte en el viaje, ¡¡muchísimas gracias!!


Como ves es más grave
muchísimo más grave
porque con éstas o con otras palabras
quiero decir que no sos tan sólo
la querida muchacha que sos
sino también las espléndidas
o cautelosas mujeres
que quise o quiero
porque gracias a vos he descubierto
(dirás ya era hora y con razón)
que el amor es una bahía linda y generosa
que se ilumina y se oscurece
según venga la vida
una bahía donde los barcos
llegan y se van
llegan con pájaros y augurios
y se van con sirenas y nubarrones.


A la compañera de aventura, ¡ya faltan horitas!, ¡¡muy pocas!! Te regalo este post, y la canción de más abajo, como los otros regalos que te he hecho antes, van con todo mi corazón. Es bastante simple lo que te digo, el mundo y la vida han cobrado otros tonos contigo, me da más gusto recibir los días por las mañanas, gracias a vos el invierno es menos crudo, y tu risa ha expulsado las monotonías absurdas y las va remplazando con fotografías multicolores llenas de verbos y adjetivos preciosos… nos quedan aun miles de segundos de eternidades explicitas y desbordante alegría, dame tu mano, ¡vamos!


Una bahía linda y generosa
donde los barcos llegan
y se van
pero vos
por favor
no te vayas.

(Mario Benedetti - Mucho Más Grave)




Memphis la Blusera - Un Montón de Nada

6 comentarios:

Vania B. dijo...

Qué lindo que suena el amor ché.

Ojalá y cuando se encuentren no nos dejen en ascuas a los seguidores de esta linda aventura. Posteen pues, no sean malitos.

Atentamente,

La Curiosa.

utópico dijo...

ya volvere con un post exclusivo... jajajaja
gracias por seguir la novela, el desenlace.... se viene pronto... muy pronto.... no dejes de sintonizarnos, por Donde Andaran los Jilgueros, o Mujeres Invisibles.... jajajaja
saludos!!!

rajemofrel dijo...

oie! gracias por las buenas ondas escritas en mi peseudo blog!!!! ESPEROQ SIGAS PASANDO Y dejando granitos de arena o whatever!!!
salduos mortales...
siento mucha nostalgia cuando te leo...mmmm grave
bueno chau!
mjo

Anónimo dijo...

Que (re)encuentrs tus alas, que vueles alto. Qué (re)encuentres a quien ocupa las parcelas de tu vida. Que tus instantes sean eternos.

Que este (re)encuentro, el nuestro, no agobie la espera. Que nos veamos las almas, pronto.

Maria Coca dijo...

Me encanta éste poema de Benedetti. Y tu narración, tan repleta de sensaciones.

Besoss

utópico dijo...

La majo, seguiré pasando por tu blog, que estoy seguro va a seguir brindándonos un montón de cosas interesantes y aceleradas!! Jajaja, gracias por la nostalgia, así compartimos un poco ese sentimiento en el que me siento tan cómodo… saludos!

utopía, las alas las busco, para volar como jilguero… la encontré, y surcamos nuevas parcelas, mías, suyas, y muchas, muchísimas más que ahora son nuestras. Espero ver tu alma muy pronto, y deambular un poco por las calles de los sueños, y las carreteras de lo real-irreal, lógico-ilógico. Saludos!

Maria coca, gracias por las palabras, el poema es simplemente maravilloso, uno de mis favoritos, y uno de los que más me identifica en estos momentos de soledades compartidas, y escapes del corazón. Saludos!