Y sin decirle nada, le diré todo.

Leí a Jaime Sabines durante el fin de semana. Desde hace un par de días atrás que realmente me empape de Sabines. Estuve leyéndolo, repasándolo, y absorbiendo poco a poco muchos de sus poemas… desencadenando en mí, afortunadamente, una avalancha de sensaciones, que no había sentido en mucho tiempo. La poesía es, después de todo, alimento vital para los corazones en zozobra, y para los espíritus de jilguero desasosegado, espíritus que cantan incluso cuando las jaulas les encierran, pero que cantan con más dulzura y entregado desenfreno, cuando levantan vuelo.

"Quizás me ves,
tal vez, acaso un día,
en una lámpara apagada,
en un rincón del cuarto donde duermes,
soy una mancha, un punto en la pared, alguna raya
que tus ojos, sin ti, se quedan viendo.
Quizás me reconoces
como una hora antigua
cuando a solas preguntas, te interrogas
con el cuerpo cerrado y sin respuesta."

Vivir del recuerdo o de la nostalgia, es un paso equivocado, y por eso determine no hacerlo con Sabines. Encontrar en sus palabras, sentimientos o sensaciones que describan momentos que viví, sería muy sencillo, y tormentoso. Sería, como ha ocurrido con otros poetas, lanzarme a una piscina conocida, una piscina de acido calcinante y aceite hirviendo, en las que lentamente siento mi espíritu ciego desvanecerse, y podrirse en lo absurdo de su sorda memoria. Buscar en los versos de Sabines, imágenes de ayer, del tiempo y del olvido, no tiene el más mínimo sentido.

"Nos morimos, amor, y nada hacemos
sino morirnos más, hora tras hora,
y escribirnos y hablarnos y morirnos."

He decidido, que con Sabines, veré, sentiré y haré de sus poemas, mi futuro. Creo que ese es un paso, más acertado. Mediano en distancia, pero enorme en las cuestiones de corazones acorazados. Eso sí, me deshice del muñeco vudu que tenía de mi mismo, al que con alfileres, torturaba, cuando leía algunos poemas, y escuchaba ciertas canciones, ya no lo necesito más.

"Es sólo este lugar donde estuviste,

estos mis brazos tercos."

Me dedicare ahora a nostalgiar cosas que no he vivido. Momentos de eternidad. Momentos en lo que compartiré, con alguien, las rocas que cruzan mi camino, de atardeceres en una colina, y amaneceres a la orilla del mar. Imaginare el olor de sus cabellos, la forma en que ella duerme, que de sólo verla dan ganas de saltar como abeja a la alberca de miel que es su cuerpo. Y no despertarla. Y empaparse de su aroma. Y cuidar su sueño, cual aguerrido guerrero del silencio. Su silencio.

"Todos los días te quiero y te odio irremediablemente."

Cuando este con ella, la mujer que aún no he conocido, me asfixiaran sus ojos. Cuando se halle sola y ensimismada, perdida en el horizonte de sus pensamientos, me acercare y ella con tan solo levantar su mirada sabrá decirme, te amo, ¿Dónde has estado? Y con las piernas temblorosas me acercare a su cuerpo, y no diré nada, pero mis manos tímidas, tocaran su rostro. Y mis dedos, gélidos y tiesos, volverán a vivir con solo tocarle. Y desde la profundidad de mi torpe corazón y a través de mis dedos, lanzare millones de versos, y palabras que aun no existen, pero que ella sabrá entender. Con la yema de mis dedos acariciando su rostro, le diré que ese momento, y todos los momentos que compartimos, son como océanos interminables y tranquilos, en los que como pez siento que puedo respirar. Y nado y aleteo. Y me muevo. Y me siento vivo!

Así veo el futuro. ¿Adentrarme más? No es necesario.

Adjunto un video, con un poema de Sabines. Las citas, los llevaran a distintos poemas del poeta.

Tu Nombre
Jaime Sabines

Trato de escribir en la oscuridad tu nombre. Trato de escribir que te amo. Trato de decir a oscuras todo esto. No quiero que nadie se entere, que nadie me mire a las tres de la mañana paseando de un lado a otro de la estancia, loco, lleno de ti, enamorado. Iluminado, ciego, lleno de ti, derramándote. Digo tu nombre con todo el silencio de la noche, lo grita mi corazón amordazado. Repito tu nombre, vuelvo a decirlo, lo digo incansablemente, y estoy seguro que habrá de amanecer.