Hoy y mañana, colgare un artículo de Florencia Puente, que publicó la revista Alma Magazine, una propuesta en español que se le está haciendo a la cada vez más creciente audiencia hispana en los Estados Unidos. Una revista que les recomiendo a todos, y que estoy seguro, seguirá creciendo, los Estados Unidos es ahora el mercado con mayor poder adquisitivo de América Latina, y se estima que el PIB de los hispanos en Estados Unidos es mayor al de España. Sin embargo, la producción literaria es mínima, y recién se están dando pasos como este, propuestas de una revista con contenido. Algo que debo confesar, era muy difícil hallar cuando recién llegue a los Estados Unidos el 2001. En 8 años las cosas han cambiado, y mucho.
Supongo que el artículo no les gustara a muchos en Bolivia. Me llama la atención que esta sea la perspectiva que algunos medios quieran darle al público norteamericano. Por un lado me alegro, porque coincido con muchas de las cosas que tiene este artículo, me sorprende porque no es una revista de izquierda… ni mucho menos, es una revista seria. No me sorprende que la revista sea neoyorquina, porque algo así en Miami, no salía ni a bala… los cubanos se crucificaban antes…
La segunda parte, seguro que la hallarán mucho más provocativa, y bueno… aunque estoy de acuerdo con casi todo el artículo, pues tengo mis reservas. El gobierno de Morales, no es sólo victima, y ha cometido muchísimos errores, de eso no hay duda alguna. Todos han caído ya en un absurdo tira y tira, y nadie afloja… ni un poquito. Lo que más vergüenza da, es que todos los que apoyaron los referendos por los estatruchos, ahora no quieren que se lleve acabo el referéndum revocatorio. Si Bolivia no esta de acuerdo con los cambios que lleva a cabo el presidente, pues votara en su contra, y si están de acuerdo con dichos cambios, pues votaran a favor, dejen a la gente votar, y que las cosas se decidan así.
Ya veremos que pasa… sólo falta un mes. Y nuevamente, dense una vueltita por Alma Magazine, es muy buena onda, y tiene los artículos en línea.
La profundización de las políticas nacionalizadoras por parte del gobierno de Morales y el referéndum autonómico realizado en el departamento de Santa Cruz de la Sierra, llevados adelante a principios de mayo, dan cuenta de la profundización de estos dos proyectos antagónicos de país en Bolivia.
El renombrado triunfo del primer gobierno indígena complejizó el mapa político boliviano, colocando a esta empobrecida nación en el centro de la escena internacional. Desde su asunción, el gobierno del MAS ha llevado adelante políticas tendientes a la descentralización de las decisiones políticas y administrativas. Sin embargo, lejos de resolver el problema de la representatividad existente en estados plurinacionales como el boliviano, dichas medidas profundizaron las divisiones internas en el país.
Evo Morales llegó la presidencia con más del 50% de los votos, pero no tuvo el mismo éxito con sus candidatos a prefectos (alcaldes), perdiendo en 6 de los 9 departamentos. La oposición política, conciente de que no podría sostener el mandato a nivel nacional, logró trasladar su poder a nivel departamental mediante una reforma institucional que habilitó el voto directo de los prefectos, generando lo que el sociólogo boliviano Fernando Mayorga llama “presidencialismos subnacionales”.
La oposición política, concentrada en los departamentos de la llamada “media luna” (Tarija, Beni, Pando y Santa Cruz), tomó las banderas de la autonomía para concentrar su poder a nivel regional. Poseedora de importantes recursos naturales, esta región aporta el 65% del producto nacional. Las autonomías departamentales son hoy una de las principales herramientas de desestabilización política de los departamentos orientales, que amenazan con dividir el país para concentrar su riqueza. Sin embargo, detrás de estos planteos autonómicos, existe también un legítimo reclamo de democratización social que, en un contexto de fuertes enfrentamientos políticos, el actual gobierno no logra manejar.
En julio de 2006 se realizó un referéndum con carácter vinculante hacia la asamblea constituyente para definir si las autonomías departamentales tendrían lugar en el nuevo texto constitucional. El grave error político del MAS fue llamar a votar por el “No” frente al ambiguo planteo autonomista de los departamentos del oriente boliviano, que exaltaba el divisionismo y las diferencias económicas y culturales entre oriente y occidente.
Si bien la nueva Constitución Política del Estado –CPE– contempla cuatro diferentes formas de autonomías (municipales, regionales, departamentales e indígenas), es señalada por la oposición como un texto sesgado e indigenista que solamente representa los intereses del MAS. Vale recordar que el proyecto de CPE se aprobó a fines de 2007 en Oruro, a puertas cerradas, y rodeado de un clima de enfrentamientos callejeros que dejaron un saldo de tres muertos y sin presencia de la oposición. De hecho, el texto constitucional todavía no ha entrado en vigencia ya que necesita pasar por un referéndum ratificatorio cuyo tratamiento la oposición, con mayoría en el Senado, continúa dificultando.
Alvaro García Linera, actual vicepresidente de Bolivia, plantea que “la autonomía como redistribución pactada y democrática del poder es un hecho”; sin embargo, el mandatario indica que no se debe confundir esta autonomía con los reclamos divisionistas de unas elites cívico-empresariales “que intentan usufructuar esta demanda a favor de intereses mezquinos y conservadores”.
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