Del porque de los jilgueros

Si alguien ama a una flor de la que no existe más que un ejemplar entre los millones y millones de estrellas, es bastante para que sea feliz cuando mira las estrellas. Se dice: "Mi flor está allá en alguna parte..." Y si el cordero come la flor, para él es como si, de golpe, todas las estrellas se apagaran. Y esto ¿no es importante?
(Antoine de Saint-Exupery – El Principito)

Y yo le digo a esta flor, que no estamos perdidos, que poco a poco vamos destapando el mapa, y que un día sin duda podremos encontrar las coordenadas indicadas y su latitud sera mi meta, que me esconderé bajo las rocas del tiempo, y explorare en silencio el polvo mágico que sus alas de hada han desparramado por el universo, y arrastrándome despacio, brincando bajo la sombra de mi esperanza le alcanzare... Es cierto, que el tiempo pasa, y que el único refugio son a veces mis sueños, momentos de fuego en los que ella esta conmigo... a pesar de todo, se construir escaleras de papel y en las noches de luna arranco un par de estrellas y las abrazo fuerte, muy fuerte, y vuelvo a sumergirme lentamente en el abismo de sus ojos de marzo... es fácil que los escalones se quemen... y que pesadamente me estrelle contra el suelo de la realidad.... pero siempre tengo mas papel, y construí escaleras es mi oficio... Me arrojo en este verano infernal a 42 grados centigrados, y deambulo por las playas de este asteroide solitario que no conoce norte alguno, desconsolados mis pies se envuelven en la arena, compungidos mis ojos arrojan sobre el Atlántico un llamado urgente... un ¡abre tus alas!... un silbido de soledad... Te extraño en Junio y ya no aguanto a los corderos del tiempo y la distancia... juegan los niños en la playa... y yo mira al cielo y lloro... ¿de que sirve un universo de estrellas... si lo que quiero es mi estrella universal?

Hey! Mr. Tambourine Man, tócame una canción
No tengo sueño y no voy a ninguna parte.
Hey! Mr. Tambourine Man, tócame una canción
En el cascabeleo de la mañana te seguiré.

Dicen que soy un ser alado, que mis inmensas inseguridades son a la vez, posibles tropiezos, pasos acertados, candados espirituales y también llaves del alma. Que me hago y deshago en unas cuantas palabras, que me ahogo en mi soledad infinita y empapado de desconcierto, me arrastro una vez mas por el mundo... ¿por el mundo?... no busco nada extraordinario, solo encontrar tu canto, y hacerme de tu voz, y cantar contigo... ya no en cautiverio... no busco nada fuera de este mundo... no busco otro universo... solo quiero volar en este mundo, en este tiempo, y llegar a tu lado, y volar contigo... cantando versos...mientras la lluvia cae y nuestros ojos se pierden en el horizonte...

Aunque sé que el imperio de la tarde ha vuelto a convertirse en arena,
Se ha desvanecido entre mis manos,
Me ha dejado a ciegas, de pie, pero sin dormirme aún.
Mi abatimiento me asombra, estoy plantado en mis zapatos,
No hay nadie a quien tenga que ver
Y la antigua y vacía calle está demasiado muerta para soñar.

¿Donde andarán los jilgueros? Hace tiempo que no conozco personalmente a ninguna jilguera. Entiendo que sea difícil hacerlo, después de todo, deben estar como yo, enjauladas. ¿Que quienes son los jilgueros? Somos todos aquellos seres atados a los sueños y la esperanza, somos esos seres algo contradictorios, algo complejos, esos seres siempre insatisfechos, siempre prisioneros... completamente incompletos, concientemente inconscientes... enamoradizos... nostálgicos... nos gusta recordar... nos es fácil arrojarnos al mar de la desesperación... nos es inevitable el melodrama... lo existencial de la vida consiste en la inexistencia de la realidad sensata... nos es prudente explorar lo absurdo, abordar con firmeza la locura... cuando nos juzgan, nos queman por brujos o por putas, nos despedazan los cuerdos, nos arrojan a las brasas por idealistas... pero la eterna memoria queda. No se como llegue a esta jaula, no se si nací en ella, o si al poco tiempo de nacer me atraparon y me metieron en ella... solo se que desde muy pequeño reconocí claramente todos los barrotes de la jaula en que me encuentro. No hagas esto, no pienses así, no digas esto, no te juntes con tal persona, no eres igual a ellos, ellos son menos que nosotros, nosotros somos civilizados, nosotros tenemos reglas, nosotros creemos en esto, nosotros creemos en aquello.... En fin. Una serie de limitaciones, de construcciones de identidad con las que no me identifico, no quiero ser famoso, o exitoso, o rico, quiero ser yo... simplemente quiero volar en círculos... y enamorarme de la misma mujer todos los días... y hacer el amor estallando en los recovecos de sus curvas... quiero ser ligero... y que me envuelvan los sueños.

Dame una vuelta en el torbellino de tu nave mágica
Me han despojado de mis sentidos, mis manos no sienten al apretar,
Los dedos de mis pies demasiado entumecidos para caminar, esperan solo a las suelas de mis botas
Para empezar a vagar.
Estoy listo para ir a cualquier lugar, estoy listo para desvanecerme
En mi propio desfile, lanza el hechizo de tu baile hacia mí,
Prometo seguir bajo él.

Los jilgueros son de las pocas especies de aves que cantan en cautiverio, por eso me llamo a mi mismo jilguero, y por eso busco a otros jilgueros y jilgueras, porque se que ellos reconocen sus jaulas (a pesar de su camuflaje material), y se que puedo juntarme con ellos cuando sea necesario, que al reconocerles me sentiré menos desvalido... es cuestión de hablar de corazón a corazón, mirarnos cuando cruzamos la calle... reír y respirar tranquilos... porque la resistencia es mas llevadera cuando uno encuentra a otro jilguero cerca... porque los sueños son menos irreales cuando encuentras seres invisibles que los comparten... porque solo es posible descifrar lo etéreo si uno tiene ojos de jilguero. Es como la canción de Silvio, ese jilguero eterno, uno siempre esta dispuesto a lanzarse en el tiempo... porque no hacen falta alas para hacer un sueño y tampoco para alzar el vuelo....

Aunque puedas oír la risa, girando, balanceándose locamente a través del sol,
No está dirigida a nadie, simplemente escapa a la carrera
Y, excepto el cielo, no hay ningún cercado a la vista.
Y si oyes rastros borrosos de un saltarín carrete de poesía
A tiempo con tu pandereta, no es más que un harapiento payaso ahí detrás,
Yo no le prestaría atención, no es más que una sombra lo que ves que él persigue.

Ha llegado el verano... y luego vendrá el otoño.... y una vez mas otro año habrá terminado... y el eco de mi canto se oye lejos, me desespera a veces esta prisión en que me encuentro, el alcohol es en ocasiones el mejor refugio, se que hay otros jilgueros afuera... a decir verdad he conocido algunos en el pasado, y a muchos en mis vidas pasadas... he conocido algunos virtualmente y conoceré muchos mas en mis vidas futuras... hace mucho calor, y es difícil desordenar este revuelto de letras desafinadas... ¿donde andarán los jilgueros?... que me manden señales, va a ser bueno reconocerlos, palpar fraternalmente la hedionda y pútrida realidad que nos sofoca... En que truculentos planes nos podremos encauzar... ¡hay jilgueros! Atrevámonos a tomar la pandereta de Dylan y tomemos el cielo... rompamos nuestras jaulas, ya no cantemos en cautiverio... dejémonos llevar por la libre libertad... no la del discurso, no la de los himnos, no la de las leyes... dejemos de ser prisioneros y volemos alto como los sueños. A veces... cuando me derrumbo en la tristeza de esta jaula, exploro distancias mágicas... los músicos, los artistas todos, por lo general vuelan alto... componen cadenas intensas de comprensión... son el sosiego de este absurdo utópico... también los universos de inacabables laberintos que los poetas han (d)escrito, son motivo de regocijo cuando uno extiende las alas y se sabe atrapado, este multiuniverso de Ángel Gonzalez es una clara muestra de lo que digo...

Mientras tú existas,
mientras mi mirada
te busque más allá de las colinas,
mientras nada
me llene el corazón,
si no es tu imagen, y haya
una remota posibilidad de que estés viva
en algún sitio, iluminada
por una luz—cualquiera...

Mientras
yo presienta que eres y te llamas
así, con ese nombre tuyo
tan pequeño,
seguiré como ahora, amada
mía,
transido de distancia,
bajo ese amor que crece y no se muere,
bajo ese amor que sigue y nunca acaba.

Y no hago mas que suspirar... y es que nunca se acaba la nada, y es que nunca se acaba la esperanza. Soy un jilguero enjaulado, es cierto. Pero no estoy solo. Y a veces, a este rincón utópico, otros jilgueros se acercan, y aunque no saben quien soy, y pese a que no se quienes son, reconocemos el canto cifrado, el canto jilguero, y volamos un rato y cantamos alegres... aunque en el fondo sabemos que la jaula no se ha roto, que nuestras alas se baten descontroladas contra las barras de nuestra prisión, y una vez mas golpeados por la realidad respiramos profundamente, y mirando desde un rincón el cielo, vemos nuestra estrella... y aunque estamos en cautiverio... cantamos y cantamos nuevamente... hasta que llegue el día esperado, y afortunados alcemos vuelo...

Después llévame desapareciendo a través de los anillos de humo de mi mente,
Hasta las neblinosas ruinas del tiempo, más allá de las hojas congeladas,
Mas allá de los embrujados, los árboles asustados. Afuera a la playa ventosa,
Lejos del estrafalario alcance de la loca tristeza.
Si, a bailar bajo el cielo de diamante, moviendo libremente una mano.
Silueteado por el mar, rodeado por las arenas del circo,
Con todos los recuerdos y el destino conducido profundo bajo las olas,
Déjame olvidar el hoy hasta mañana.
(Bob Dylan - Mr. Tambourine Man)