Continúo con el resto del artículo de Florencia Puente, en Alma Magazine. Me parece una lectura algo limitada de la realidad boliviana, sin embargo, me identifico mucho con lo presentando en el artículo, y creo que contribuye a expandir todas las perspectivas.
Asimismo, los habitantes de Santa Cruz (“cambas”) encarnan una confrontación cultural y racial con el sector indio del país al que denominan despectivamente “llamas”. Las elites de poder de la ciudad de Santa Cruz han gobernado Bolivia durante gran parte del siglo XX y sufrieron un revés inédito al triunfar Evo Morales en las elecciones presidenciales de 2005.
El 4 de mayo pasado, la prefectura de Santa Cruz, encabezada por el prefecto Rubén Costas, realizó un referéndum autonómico para que los habitantes expresaran su aval o su rechazo al estatuto autonómico cruceño. Delineado en diciembre del año pasado, este estatuto establece un nuevo reparto de atribuciones entre el gobierno central y el departamental, en el cual elimina 41 competencias del presidente de la nación, ligadas a la propiedad de la tierra y los recursos naturales, entre otros. Esta propuesta de autonomía radical sobredimensiona el poder de los prefectos, dejando casi sin injerencia al gobierno central sobre asuntos que refieren al manejo de la renta proveniente de las exportaciones, de la explotación agrícola y de los hidrocarburos.
Frente a este referéndum, el gobierno del MAS llamó a la abstención sosteniendo que la consulta carecía de cualquier validez legal, ya que el estatuto autonómico propuesto no está contemplado en la constitución vigente; por ello, tanto las organizaciones sociales y el gobierno nacional, así como organismos internacionales tales como la ONU y la OEA la consideraron “ilegal”. Para el gobierno del MAS, lo realizado el 4 de mayo en Santa Cruz no es más que una “encuesta cara”, carente de fiscales por el “No” y de observadores internacionales. En ese sentido, el Secretario General de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, expresó que el referéndum “no tiene ningún efecto jurídico ni tampoco estatuto de vinculación institucional con nada”.
El voto por el “Si” obtuvo el 85% de los votos y, a pesar de la falta de anclaje constitucional, representó un revés considerable para el presidente Morales. Sin embargo, desde el gobierno central creen que fue un “rotundo fracaso”, ya que el 38% del padrón se inclinó por la abstención. Lo cierto es que desde el oriente boliviano la jornada se vivió como un paso adelante y como un buen antecedente para los próximos referéndums que se realizarán en los otros tres departamentos de la “media luna” este mes: el 1 en Beni y Pando, y el 22 en el departamento sureño de Tarija.
A todo esto, Evo Morales pronunció una frase inesperada –“qué mejor que el pueblo para decidir el destino del país”–, al aceptar el referéndum revocatorio de su mandato y el de los nueve prefectos, aprobado de manera sorpresiva por el Senado (controlado por la oposición) a 4 días de la elección autonómica de Santa Cruz. El plebiscito, que habilita a la población a decidir sobre la continuidad de sus dirigentes, fue propuesto por Morales en diciembre de 2007 para relegitimar su mandato tras el conflicto social surgido en torno a la aprobación de la CPE.
Sin embargo, en esta coyuntura simboliza una nueva apuesta de la oposición para minar la legitimidad del gobierno, atrasando la consulta del proyecto constitucional al tiempo que se continúan desarrollando los referéndums autonómicos. Además, se pondrá a prueba nuevamente la fórmula presidencial en un contexto desfavorable para el gobierno del MAS. A pesar de que difícilmente el mandato presidencial corra peligro (para que esto suceda el referéndum debería superar el alto porcentaje obtenido por el MAS en las elecciones), la oposición busca hacer visible la pérdida de consenso en torno al proyecto oficialista.
“No le tengo miedo al pueblo”, anunció el presidente Morales, estableciendo un plazo de 90 días (se realizará el próximo 10 de agosto) para someter los mandatos al voto popular, dando lugar de esta manera a una nueva etapa en la vida política de los bolivianos.
El referéndum es una herramienta política conquistada por la tradición democrática de los sectores populares que actualmente está siendo utilizada por sectores conservadores para desgastar la autoridad de Morales y mejorar sus condiciones de diálogo. En este momento, los sectores antagonistas establecen la agenda política del país, generando una situación de ingobernabilidad y merma de eficacia política para el gobierno del MAS, que debe dedicar sus recursos a defenderse en cada escenario de confrontación que la oposición genera.
3 comentarios:
sabes? a veces me pregunto si algún día este conflicto se acabrá. no creo que se trate de aprobar o no una cuestión jurídica, creo que va más allá. es actitud encarnizada.
viví en santa cruz 6 años... una etapa maravillosa de mi vida... y la gente camba (el verdadero) sabe ser boliviano. pero hay un sector que influye en la actitud, y ahi empieza el problema hacia los collas.
y no creo que sea solo de una vía, eh? los collas también nos las traemos.
en fin.
un abrazo.
h.
Qué te puedo decir querido si ya lo has dicho todo. Ahí está el punto: no debería decir nada. Sin embargo sigo diciendo jajaja.
Realmente es bueno el artículo, yo le pondría algunas cosillas más, otras menos, ya lo tomé prestado para ilustrar lo que pasa en el país. Hace mucho que no veía un trabajo de periodismo tan bien hecho(acá se nota que había trabajo po).
No dejes de pasarnos estas "perlitas" tan interesantes y refrescantes.
Henry, claro que no es solo una via, estas completamente en lo cierto. un abrazo y saludos!!
vero, gracias, si la mina esta lo dice todo en pocas palabras, a mi me gusto mucho encontrar la revista y el articulo, y me sorprendio hacerlo aqui. saludos!!
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