26.1.08

La Historia de Cometa Invisible y el Cosmonauta Absurdo

Soledad Espacial


Ella era un cometa. No un cometa cualquiera, de esos que vagan en el espacio, y son constantemente estudiados por los científicos, acerca de los cuales se hacen teorías astronómicas, y de los que se sacan conjeturas sobre las orbitas y cosas afines. No. Ella era un cometa como no hubo otro en el universo entero, porque era en esencia invisible a los telescopios, y sólo algunos habitantes de la eternidad podían verla. Viajaba por todos los multiversos conocidos por el hombre, y también por aquellos habitados por todos los otros pobladores del infinito… Cuando se acercaba a un planeta, este temblaba por completo, y todos los habitantes del mismo, sentían desenfreno total, y unas ganas loquísimas de volar, algunos lo conseguían, e inspirados y atraídos por su energía se alzaban pronto a otras esferas de la realidad. Más pronto que después, y consumidos por la dicha que el cometa les provocaba, abandonaban su mundo y divagaban a través de los miles de laberintos y enigmas secretos que pueblan sus corazones.


Pese a que muchísimos lo intentaron, nadie logro nunca ponerle nombre, ella detestaba las etiquetas. Ningún iluminado astrofísico consiguió descifrarla, y es que nadie se percato, que no se ha inventado aún, una ciencia capaz de decodificar todos aquellos recónditos secretos que ésta lleva consigo. No se pudo marcar su orbita, porque no le gustaba recorrer los mismos caminos. Al ser este, un cometa con infinitas personalidades, no escatimaba esfuerzos en arriesgarse, se reinventaba a si misma y emocionada por el desconcierto que le provocaba lo desconocido se lanzaba a explorarlo, luego una de sus múltiples personalidades, escogía otra ruta, y otra, y otra…




No existió explorador en ningún rincón del infinito que sepa dar con su rastro, después de todo, su zigzagueante cola derramaba asteroides mágicos por todas partes, y era extremadamente complicado el recoger todas estos y pista tras pista poder por fin alcanzarla. Era simplemente un cometa cuya invisibilidad hacía del mismo, el cometa más apasionante, intrigante, libre y fascinante que jamás nunca haya habitado la inmensidad.


Lo que todos desconocían, es que en realidad ella, se sentía muy sola. Años atrás se había enamorado locamente, de un planeta grande y hermoso llamado Marte. Él, valiente y poderoso como ningún otro, le amaba a su modo, pero era un amor egoísta. Quería tenerle como luna, atada a él, girando a su alrededor, abstraída y dedicada a iluminar sus noches. Pero ella era un cometa viajero, y ser luna le lleno de hielo el corazón, y se consumió poco a poco la llama que llevaba dentro. Desde su posición de luna, miraba taciturna el infinito, y lloraba porque Marte nunca supo entenderla y amarla como cometa, sino como falsa luna.





Pero las mentiras existenciales no pueden mantenerse por siempre. Y la tristeza de no saberse cometa, pudo más que su falsedad lunática. Acongojada, hablo con Marte, y entre sollozos le dijo, yo soy cometa, te invito a volar conmigo por todas las dimensiones de la eternidad. Pero el no acepto. Le dijo que su orbita ya estaba determinada, y que por ningún motivo, podría salirse de ella. Si me amas, serás luna, y te quedaras conmigo. Y en ese instante, ella se dio cuenta, que él no le amaba, que se había enamorado de la luna que ella no podía nunca ser, y con el corazón destrozado, le dijo que se iba por el universo.


El dolor fue tan profundo y perecedero que sumergió su vida en la tristeza y la soledad, al punto de no reconocerse a si misma cuando vivía auténticos momentos compartidos y de alegría desbordante, aunque si supo disfrutar los mismos. Se enseño a distanciarse de las posibilidades de amar, cerró todas las ventanas del alma que hubiesen permitido a cualquiera acercársele a su corazón. Desterró las concurrencias de su soledad y construyo una caja fuerte donde sobre una almohada de miel dejo reposar su corazón. Anotó el código en un papel de arena y con un elevado grado de nostalgia arrojo este al viento al mismo tiempo en que con un aletargado parpadeo lo olvido. No era infeliz. Tampoco estaba amargada. Simplemente deseo eliminar la posibilidad de nuevamente enamorarse, de saltar al vacío locamente, de abandonarse al vuelo insensato y descontrolado que le caracterizaba cuando se sabía enamorada. Y se dedico, como su vocación y naturaleza le indicaban, a divagar por el universo, aunque ahora, con un manto de invisibilidad.




Cosmicidad Incompleta


El Cosmonauta Absurdo, se enamoro del cometa la primera vez que sintió su presencia, cuando apenas era un niño. Cada vez que
el planeta recorría una cercanía espacial, el sentía como el corazón le palpitaba, y despacito cavilando y suspirando se desvanecía en un impúdico acto de efervescente amor solitario. Creció en el un amor tan grande y noble como el infinito mismo, y dedico su vida entera a hallarla. Lo ultimo que se supo de él, es que todavía vaga de planeta en planeta, visitando estrellas, asteroides y hasta agujeros negros… y que siempre está arrojando mensajes en botellas, con la esperanza de que ella los lea, y un día sin falta, pueda por fin encontrarla.


Botella Número i* - Planeta Zurvan

Desde niño he soñado con encontrarte, me he especializado en las artes de los astros, he ganado tres premios Nóbel, porque he descubierto tres teorías de astrofísica que de un modo u otro reconstituyen las estructuras del universo, pero ahora sé y siento que todas estaban mal. Lo hice todo para definir, de un modo u otro, una ruta o camino que conduzca a ti, pero el caerme tantas veces de mis naves espaciales ha hecho que comprenda, que es imposible definirte con formulas, o métodos. No hay ciencia alguna que te defina, o describa, o tan siquiera pretenda dibujar un bosquejo de ti, simplemente porque habitas la inmensidad de lo apasionantemente incomprensible e ilógico, y las ciencias son tan limitadas y finitas, tan lógicas y comprensibles…


Botella Número 5& - Asteroide 55Alpha

He decidido abandonar todas las teorías conocidas, y dedicarme a buscarte de planeta en planeta. He aprendido a recoger, por todos los universos, retazos de asteroides que derramas, he aprendido a guardarlos, y vivo con la certeza de algún día terminar de juntarlos todos, al menos con ellos, mi soledad es menos desolada. He empezado a ver las estrellas todas las noches, más nunca puedo encontrarte, ¿por qué me es tan difícil hallarte? Es que te me has escondido, entre todas las muchedumbres, de invisibilidades absorbentes de interferíos exigentemente desolados.





Botella Número W$ - Estrella Casandra

Y si camino tanto por todo el universo, ¿Por qué nunca he podido encontrarte? Todos dicen que te han visto, o que han sentido, y hasta han volado con tu presencia. He visitado ya más de cien planetas y en ninguno han sabido darme pistas de ti, he aprendido astronomía, reinventado la astrología, y construido, por lo visto, absurdas teorías de astrofísica, para poder dar contigo, más nunca puedo hacerlo. He consultado sabios, en todos los universos posibles, y todos saben que existes, más tu invisibilidad, te engloba toda, te hace diáfana y esconde de mí, parece que la distancia eternizara este incesante anhelo de encontrarte y viajar por siempre contigo a través de todas las dimensiones y mundos que sólo tú conoces.



Botella Número 98&k – Asteroide Aguja

Quiero encontrarte, descubrirte, quiero despertar cada mañana y que mi corazón se descontrole al tenerte cerca, quiero tomarte la mano y que no necesitemos palabras para decirnos todo, que sientas la profundidad de mi amor, y la absoluta religiosidad que le tengo a tu cariño. Porque pienso, se y siento que no necesitamos palabras para hablarnos, porque el lenguaje nos lo hemos inventado para transmitir ideas y sentimientos, en realidad el lenguaje es una ficción, no existe. El lenguaje que quiero practicar contigo, es el de las manos. El lenguaje por el cual con sólo tocarte sabré decirte donde he estado y que he hecho, y cuan profunda ha sido mi angustia al hallarme separado de ti.


Botella Número 8i{f&}^a - Planeta Sombrío

Te quiero hasta desquiciarme entero, quiero divagar y naufragar por mil y un mares distintos, transeúnte volcarme de estrella en estrella, convencerme de mi absurda negligencia existencial, más todo es una mierda, y no puedo encontrarte… ¿Dónde estas? No ves, acaso, que no soy un cosmonauta más… no pretendo saberlo todo, sólo quiero saberte a vos y saber a vos… y que sepas que te sé, y saber que sabes a mí. No me queda más que esperar una señal tuya, cuando pases cerca, sabré de tu presencia, y de inmediato saltare a la locomotora espacial de cartón que he construido, porque se que en ella, podré alcanzarte.



Eternidad Infinita


Un día por casualidad ella encontró una de las botellas, y leyó el mensaje, abismada sintió una cosquillita, y sonrió. Deambulando por uno y otro lugar, fue encontrando una, y otra, y otra botella, pronto se le hizo necesario, sino vital, el encontrarlas, y descubrirse a sí misma en los mensajes que el le mandaba. Porque fue sucediendo sin que ella se lo proponga, reconoció en esos mensajes que le querían hasta la locura, que navegar y naufragar en el mar del universo podía convertirse en una experiencia de interna reinvención de los juegos del amor, sí lo hacía con el Cosmonauta Absurdo. Dudo de su propia invisibilidad, cuestiono la decisión que un día tomo, y se pregunto a sí misma, si existía todavía la esperanza de encontrar un amor libre, un amor de cometa, un amor con alas. Y poco a poco fue abriendo, una a una las ventanas del alma, que un día había cerrado con tanto dolor.




Tan pronto abrió una ventana, el cosmonauta, que se hallaba a miles de años luz de distancia, vio y sintió una pequeña gota de luz en el lejano horizonte, supo de inmediato que ese faro lejano y mínimo, era la señal que por tantísimo tiempo había esperado. Un tsunami de sensaciones le invadió, sintió como si un inmenso iceberg iría derritiéndose sobre él, y cada gota que caía le estremecía y producía un agujerito que iba creciendo y creciendo hasta formarse un inmenso charco de sensaciones indescriptibles en las que el mismo sentía ahogarse y renacer a cada instante, un mar inmenso e innavegable pero que el sabía y reconocía en profundidad, un océano gigantesco en el que sólo con ella podría navegar en el bote de remos que había construido con los asteroides que colecto por todo el universo.


Ni corto ni perezoso subió a su locomotora espacial de cartón y a toda maquina acelero en esa dirección. No fueron pocas las tormentas de asteroides, ni las lluvias de meteoritos, ni las explosiones y colisiones estelares, pero ninguna le importo. Y aunque le tomo tiempo, llego a ella. Cuando se encontraron, se reconocieron inmediatamente, y supieron que la infinita eternidad les pertenecía, y desde entonces navegan juntos por todos los universos conocidos por ella, explorados por él, y los otros tantos que les quedan por descubrir.


Nota. Este es un regalo para Lilyth, una amiga muy especial. Feliz Cumpleaños!!!

4 comentarios:

goloviarte dijo...

magnifico blog y útil,te invito a que participes en mi modesto blog de votaciones de otros blog,podrás añadir el tuyo y te conocerán un poco mas
http://aquiestatublog.blogspot.com
visito muchos blog seleccionando a los mejores,uso los comentarios porque es mas rápido,pero si piensas que es spam,te pido perdón y que aceptes mis disculpas

Alexis Argüello Sandoval dijo...

Es totalmente sorprendente el como el comportamiento humano puede verse manifestado en todo, en este caso en el sentimiento del amor hacia un cometa impredecible (así como deberìamos ser nosotros). Me recordaste a Oscar Alfaro.

Abrazos.

Lilyth dijo...

Muchas gracias!!!!!!!!
ha sido el mejor regalo... (te dije que me iba a portar farsante... jajajaja)

En serio... muchisisisisimas gracias por verme cometa

utópico dijo...

goloviarte: gracias! no, no te considero spam. ja!
ya te deje el link en tu blog.
gracias de nuevo!

alexis: Gracias por la comparacion! Y si, el comportamiento humano es infinitamente sorpredente... te imaginas si fuera sencillo definirnos? que asquete me dio... el solo pensarlo... saludos!!

lilyth: gracias por ser cometa!! las lunas, aunque apasionantemente hermosas, y poeticas en extremo... no tienen alas... (por lo menos para mis metaforas, aunque para otras metaforas funcionan de lo mejor..., se le puede cantar a la luna, o llorar con ella, o encriptar mensajes y dejarlos secretamente en su inmensidad de crateres... para que solo los que somos verdaderamente lunaticos, podamos encontrarlos.... y asi... todo un cuento podria salir de algo asi.. jajaja.... desvario mucho, no?)
Farsantea todo lo que quieras... pero no me engrias mucho, nada mas tantito... y la verdad ya me engreiste, con eso de que fue el mejor regalo, si solo fue un cuentito, otros te regalaron un libro entero, jajajaja...
de nuevo, de nada!!
y a pesar de las lagrimas que algunas veces derramamos, las tormentas pasan, y nos llenamos de nuevo de sonrisas... comparto tus melancolias lejanas... yo tambien las tengo... vivo en un estado de constante nostalgia...
y segui deambulando por ahi, ya te encontraras un cosmonauta dispuesto a todo!
saludos!!