9.1.08

Simone De Beauvoir: No se nace mujer, se llega a serlo

Hace exactamente cien años, el 9 de Enero de 1908 nacía en Francia, Simone de Beauvoir, sin lugar a dudas una de las más importantes exponentes del pensamiento existencialista, del feminismo, de la literatura francesa y de la filosofía total del siglo XX. Para ver su biografía pueden visitar Wikipedia o algún otro sitio, sin embargo quiero mencionar que los homenajes aunque no son pocos, son menos que para Jean Paul Sartre o Martín Heidegger, y no creo que se deba a que su filosofía sea menor, sino a que es mujer. Claro ejemplo es el hecho de que los documentales que se hicieron en homenaje a De Beauvoir se proyecten en canales como France 5, Arte, y France Culture, y no en los canales más vistos.


Lo que aquí pretendo es escarbar un poco en su obra filosófica más reconocida El Segundo Sexo, que es sin duda alguna una de las más brillantes contribuciones a la filosofía occidental en general, y a los pensamientos y movimientos feministas en particular. La obra es desbordante en profundidad, exasperante en su cruda honestidad, tajante y concreta en su descripción de la realidad, analítica y exquisitamente critica de la filosofía y del pensamiento hasta entonces establecido. Antes de El Segundo Sexo se había escrito muy poca filosofía desde la perspectiva del feminismo, y textos que aborden sistemáticamente el tema de la opresión y el trato que la mujer ha recibido históricamente, eran prácticamente inexistentes, lo menos que puedo hacer es reconocer que El Segundo Sexo marco el siglo XX y planto una de las piedras fundamentales para la filosofía, el feminismo y los estudios de la mujer.


‘Ninguna colectividad se define jamás como Una sin colocar inmediatamente enfrente a la Otra. Bastan tres viajeros reunidos por azar en un mismo compartimiento, para que el resto de los viajeros se conviertan en «otros» vagamente hostiles. Para el aldeano, todos los que no pertenecen a su aldea son «otros», de quienes hay que recelar; para el nativo de un país, los habitantes de los países que no son el suyo aparecen como «extranjeros»; los judíos son «otros» para el antisemita, los negros lo son para los racistas norteamericanos, los indígenas para los colonos, los proletarios para las clases poseedoras.’ De Beauvoir nos introduce a su estudio de la mujer, por medio de la teoría del Otro, en esta observa que todos las sociedades, o grupos sociales por más pequeños que sean determinan un Otro y se definen a si mismos como el Uno, el sujeto, es decir que determinan que son ellos y solamente ellos los dueños de la existencia, solo ellos saben y pueden Ser, son esenciales y ostentan entre sus atributos naturales la verdad, el conocimiento y la razón. Mientras el Otro es un objeto, aunque sí cumple una función ésta es inesencial, no es trascendental, no Es, no existe.


‘¿Cómo es posible, entonces, que esta reciprocidad no se haya planteado entre los sexos, que uno de los términos se haya afirmado como el único esencial, negando toda relatividad con respecto a su correlativo, definiendo a este como la alteridad pura? ¿Por qué no ponen en discusión las mujeres la soberanía masculina?’ Cuestiona De Beauvoir, de esta manera, el rol de los hombres y las mujeres en la sociedad, y como ha venido este rol a ser definido o estructurado, ¿Por quien o quienes? ¿Cuándo? ¿Por qué? ¿Con qué objetivo? Ella argumenta que la mujer es el Otro en la sociedad, una sociedad construida, manejada, conceptualizada, estructurada y dominada por el hombre, por sus ideas y propósitos, por sus intereses. Al ser la sociedad una sociedad del hombre, es sensato deducir que el hombre se ha definido a si mismo como el Uno, el sujeto, y la mujer ha sido conceptualizada como el Otro, el objeto. Es difícil para las mujeres formar un frente de rebelión coherente y estructurada, porque otras Otredades, también construidas deliberadamente, hacen que esto sea imposible. Es así que concepciones raciales, religiosas, de clase, de nacionalidad, lingüísticas y otras, impiden que las mujeres se vean a si mismas como el Otro mayoritario, porque las mujeres son la mitad de la población y en algunos casos más de la mitad, y el poder que estás tienen en potencia como minoría Otra es el más grande dentro de todas las Otredades existentes, si ellas quisiesen pueden volcar el mundo patas arriba. Sin embargo, Simone de Beauvoir, claramente nota que las múltiples Otredades son efectivas, y por tanto la mujer no discute, ni atenta contra, ni discurre, ni se rebela contra la soberanía masculina.



‘Ningún sujeto se plantea, súbita y espontáneamente, como lo inesencial; no es lo Otro lo que, al definirse como Otro, define lo Uno, sino que es planteado como Otro por lo Uno, al plantearse este como Uno.’ Condensando un poco las ideas de Simone, hallo en este fragmento una clara, bueno no tan clara, explicación de cómo ocurre la Otredad, porque ésta no nace, es parida por los hombres. Las mujeres, no pueden definirse a si mismas como Otro, por que ningún ser hace eso, va contra su esencia. Nadie se determina a si mismo como el Otro, es el Uno que determina al Otro. En el caso que estudiamos, es el Hombre el que al definirse como Hombre, plantea y determina la idea de la Mujer, porque es este, el que le atribuye todas su inesencial Otredad, su posición subordinada, su inexistente intelectualidad, su menor inteligencia, su inexistencia.


Es el Hombre el que al plantearse a si mismo como viril, poderoso, fuerte, moral, sensato, intelectual, atribuye a la mujer todo lo contrario, y en su entendimiento la convierte en objeto. ‘Mas, para que no se produzca el retorno de lo Otro a lo Uno, es preciso que lo Otro se someta a este punto de vista extraño. ¿De dónde le viene a la mujer esta sumisión?’ Una vez determinado el momento de la creación de la Otredad de la mujer, la autora acepta que esto solamente puede ocurrir si la mujer acepta la condición Otra, y se pregunta a si misma, de donde viene tal sumisión, pregunta a la que tratara de responder durante todo el estudio. ‘Las mujeres ‑salvo en ciertos congresos, que siguen siendo manifestaciones abstractas - no dicen «nosotras»; los hombres dicen «las mujeres» y estas toman estas palabras para designarse a sí mismas; pero no se sitúan auténticamente como Sujeto.’




La obra de Simone de Beauvoir es controvertida, incluso entre feministas. La primera parte del libro es un ataque sistemático a todos los mitos que contribuyen a la idea de lo femenino. Argumentando que conceptos paradigmáticos como el de la madre, la virgen, la madre patria, la madre naturaleza, y tantos otros, no hacen más que atrapar a la mujer, al otorgarles una identidad relativamente delimitada, negándole su individualidad y la posibilidad de diferir. Argumenta por ejemplo que muchos de los mitos existentes sobre la mujer, como el de Eva, no hacen más que acusar y culpar a la mujer por todos los males que la humanidad padece o enfrenta.


‘Este mundo siempre ha pertenecido a los varones, pero ninguna de las razones propuestas para explicar el fenómeno nos ha parecido suficiente... Ahora bien, la mujer siempre ha sido, si no la esclava del hombre, al menos su vasalla; los dos sexos jamás han compartido el mundo en pie de igualdad; y todavía hoy, aunque su situación está evolucionando, la mujer tropieza con graves desventajas. Incluso cuando se le reconocen en abstracto algunos derechos, una larga costumbre impide que encuentre en los usos corrientes su expresión concreta. Económicamente, hombres y mujeres casi constituyen dos castas distintas; en igualdad de condiciones, los primeros disfrutan situaciones más ventajosas, salarios más elevados, tienen más oportunidades de éxito que sus competidoras de fecha reciente; en la industria, la política, etc., ocupan un número mucho mayor de puestos, y son ellos quienes ocupan los más importantes.’


La filosofa, hace a lo largo de la obra, muchas observaciones sobre la sexualidad de las mujeres, las costumbres, el erotismo, el lesbianismo, y otras experiencias. Lo que le valió el entrar en la lista negra de El Vaticano. El principal objetivo de Simone de Beauvoir es proclamar la igualdad entre los hombres y las mujeres, y establecer la relación jerárquica como una construcción especifica que puede ser eliminada, como en un momento histórico fue eliminada la esclavitud. ‘En los dos sexos se desarrolla el mismo drama de la carne y el espíritu, de la finitud y la trascendencia; a ambos los roe el tiempo, los acecha la muerte; ambos tienen la misma necesidad esencial uno del otro; y pueden extraer de su libertad la misma gloria: si supiesen saborearla, no sentirían la tentación de disputarse falaces privilegios; y entonces podría nacer la fraternidad entre ellos.’ Sólo cuando se reconoce la igualdad entre los hombres y las mujeres es que la verdadera libertad se alcanza, y la fraternidad se hace real.




Se observa a lo largo de la obra que ésta es ante todo, un llamado a las mujeres a la conciencia y a la rebelión. Después de todo, la autora reconoce, y yo estoy de acuerdo con ella, sólo a través de la rebelión y del constante cuestionamiento de los roles sociales, las desigualdades de genero, las estructuras jerárquicas a todos los niveles económicos, culturales, políticos, y sociales, podrán las mujeres alcanzar la verdadera igualdad. ‘Que se den responsabilidades a la mujer, y sabrá asumirlas; la cuestión estriba en que sería ocioso esperar de los opresores un movimiento gratuito de generosidad’


Si observamos la historia, vemos que la mujer no fue emancipada porque el hombre en su infinita bondad y juiciosa racionalización de la realidad haya decidido otorgarle a estas el voto y otros derechos civiles, y legales. Fue ante todo por conveniencia económica. Cuando las empresas necesitaron secretarias para sus oficinas, cuando las fabricas necesitaron obreras que sepan como leer los manuales de operación de las maquinas, y tantas otras ocupaciones que a finales del siglo XIX y principios del XX fueron tomadas por las mujeres, sólo entonces se le dio a la mujer educación y ciertos derechos. Y ante todo debe reconocerse el intenso activismo de mujeres que exigían sus derechos a principios del siglo XX en Europa, Estados Unidos y América Latina. ‘Unas veces la rebelión de los oprimidos y otras la evolución misma de la casta privilegiada crean situaciones nuevas; de ese modo, los hombres se han visto obligados, en su propio interés, a emancipar parcialmente a las mujeres: estas solo tienen que proseguir su ascensión, alentadas por los éxitos que obtienen; parece casi seguro que dentro de un período de tiempo más o menos largo accederán a la perfecta igualdad económica y social, lo que llevará consigo una metamorfosis interior.’




Termina la obra de Simone de Beauvoir, de manera esperanzadora. Le habla a nuestros espíritus, a nuestra existencia, nos exige el reconocimiento de la Otredad como parte de un todo fraterno, y demanda con majestuosa humildad el respeto por el Ser. Seamos pues, al menos así lo entiendo yo, capaces de eliminar las barreras que nosotros hemos creado y ellas han aceptado, y caminemos juntos de la mano por un nuevo mundo, en el que ella y el son iguales en cuanto a la condición humana respecta, son iguales en cuanto a la inteligencia, capacidad, potencialidad, imaginación y todos los otros niveles de la existencia, el espíritu y la vida respectan. Por que sólo si somos iguales en una sociedad distinta a la existente, en la que prima la ausencia de la jerarquía entre hombres y mujeres, vamos a poder crear un mundo realmente incluyente, diverso, multifacético, y que se reinvente a si mismo por el resto de la eternidad. ‘Cuando sea abolida la esclavitud de una mitad de la Humanidad y todo el sistema de hipocresía que implica, la «sección» de la Humanidad revelará su auténtica significación y la pareja humana hallará su verdadera figura.’

12 comentarios:

Anónimo dijo...

gracias por este post! Sin duda, es una GRAN MUJER.

Anónimo dijo...

ahh, y que bueno q pusiste la cancion de las simples cosas, me gusta mucho esa cancion.

Lilyth dijo...

Antes, puedo sonar zalamera y no es la intención… sólo quiero expresar mis ideas… tenés una capacidad de sintaxis muy buena, me gustan mucho tus análisis.
Ahora a lo propio… estaba buscando hace tiempo un poco de bibliografía del rol de la mujer en la sociedad, entonces leí algo muy interesante, explica que al inicio de las civilizaciones tampoco existía igualdad entre géneros y que la balanza estaba a favor por ser las portadoras de vida, es la etapa en que las divinidades eran femeninas (en todas las culturas)… pero durante la transición de nómadas a sedentarios nace el concepto de propiedad privada, por eso te digo que los hilos del mundo los mueve la economía, empezaron a sacar cuentas, ahora que nos quedamos en un solo lugar, que estas tierras nos pertenecen, cuando muera quiero que sea la tierra de mis hijos… ¿pero cómo saber si es mi hijo? ¡Fácil! Debo apropiarme de la procreadora… y bueno, desde ese pensamiento las cosas fueron de mal en peor, ¿Por qué no se plantea la reciprocidad, por que no se pone en discusión la soberanía masculina? porque han (hemos) sido muchos siglos educadas como el otro “inesencial, subordinadas, inexistentes”.
Con el asunto de los mitos, bueno, mi punto débil, mi lucha cotidiana. Estoy tan de acuerdo con el tema que no puedo decir nada más que… es uno de los motivos por el que mi seudónimo es Lilyth…
Sin embargo el problema con el que tropezamos estos días es una falta de definición, ya no creo que busquemos (como grupo mayoritario) utilizar traje y corbata peleando contra los hombres en su cancha y con sus reglas, pienso que en este momento buscamos definirnos como género, delimitar que esperamos de la maternidad, sexualidad, roles de género… en fin… nosotras… y es una parte complicada, las madres miran por encima del hombro a las solteras mayores (solteronas las llaman) las ejecutivas o mujeres trabajadoras se entristecen al observar las vidas de las amas de casa… y aquellas que cargan el mundo en sus hombros no tienen tiempo para mirar a nadie porque su tarea es la mas compleja.
¿quienes queremos ser? Madres, monjas, putas, investigadoras, profesoras… entre todas ellas es difícil encontrar un lazo de unión que refleje la feminidad como la vivimos y no como fue definida por los hombres o por las campañas publicitarias… el día que nos aceptemos tal como somos y decidimos ser el mundo estará en nuestras manos.

Paola R. Senseve T. dijo...

Excelente!!!
Definitivamente feminismo es filosofía.
Gracias por ilustrarme.

prueba dijo...

Tanto que hacer!!!...
Ahora son las manos a la obra, en Bolivia que es nuestra tierra, o dónde estemos que al final el mundo es nuestro también.
A poner esas ideas esas luchas en práctica!
Era un post necesario.
Gracias!.

utópico dijo...

Majo: La canción de las simples cosas está también entre mis favoritas. Le dedicare un post entero uno de estos días. Gracias por lo que dices, sin duda alguna es una gran mujer! Y muchas de sus ideas siguen vigentes y nos sirven para el análisis de nuestro propio vivir. Como siempre, tus visitas me dejan muy contento!!
Saludos!

Lilyth: Zalamera! Jajaja, gracias! Que bueno que te gusten mis análisis, a mí me gustan tus teorías. No dudo que sea como lo explicas, suena bastante lógico, una vez que nos convertimos en seres sedentarios pues muchas cosas fueron desapareciendo. Estoy de acuerdo contigo, si hemos/han aceptado grados de soberanía y niveles de jerarquía entre hombres y mujeres es porque constantemente vivimos en un sistema de endoctrinamiento, una especie de colonización del pensar y el actuar, en la que las mujeres terminan sintiendo que la única forma ‘real de ser’ es tratando de completar el imaginario de mujer desarrollado por los hombres, y las mujeres machistas.
El momento en que vivimos es ciertamente diferente a la mitad del siglo 20, y las mujeres, como bien vos dices, no buscan estar de traje y corbata, tienes razón. Pero la búsqueda de la igualdad siempre fue más allá de eso, ahora nosotros los hombres creemos que ‘hay igualdad porque’ existen ciertos niveles en los que el machismo ha sido un poco abatido… pero la lucha por la igualdad debe continuar, lo que vivimos es una absurda quimera, pero como bien notas les toca a ustedes hallarse a si mismas y definir el futuro. Porque seamos honestos… miren nomás el mundo…. ¿Qué hemos hecho los hombres con el?? Obviamente no hemos sabido cuidarlo, ni mejorarlo… es una triste realidad… pero bueno… la lucha continua compañera!
Saludos!

Paola: De nada. El feminismo es filosofía, de eso no tengo la menor duda. Gracias por la visita. Saludos!!

La cholita: gracias!! El post era necesario, urgente! Como algunas canciones urgentes… jajaja, bueno como dices, hay que lucharla todos los días, y en todas partes, es un proceso constante. Saludos!

Anónimo dijo...

La importancia de la mujer en la sociedad boliviana ha ido incrementándose en los últimos años. Los ejemplos son muchos. Debemos alentar está igualdad que tan bien le hacen a las sociedades modernas. No es casualidad que la canciller de alemania sea una mujer y nada raro que la próxima presidenta de los Estados Unidos sea una mujer. las sociedades maduran, como lo debemos hacer en Bolivia.

utópico dijo...

marcelo, estoy totalmente de acuerdo cuando dices que debemos seguir cambiando nuestro pais. Es sin duda un paso importante. Pero no creo que las sociedades 'modernas' realmente esten tan lejos de nosotros. El machismo ha mutado, no ha sido eliminado, ni en Estados Unidos ni en Europa, Alemania es una sociedad muy abierta, pero en Estados Unidos la oposiciona Clinton por ser mujer viene de muchisimas mujeres que mantienen una perspectiva conservadora de los roles que cada genero debe representar.
En America Latina ya han habido mas presidentas mujeres, que las que ha habido en Europa, y muy probablemente el Brasil sea el proximo pais en tomar este importante paso. Lastimosamente en Bolivia estamos lejos de ellos, pero el camino, como indicas, hay que seguirlo forjando, y los que creemos en la igualdad pues trabajemos por ella.
saludos!

ConstelacionesBolivia dijo...

Gracias por el texto, es ilustrador, sin embargo, aunque los aportes de Simone han sido necesarios y muy a tiempo –le debemos a ella el inicio del gran movimiento–, hoy, en otra era, desde otro lugar, cuando nos podemos mirar como uno, como parte de un todo y como co-responsables, podemos retornar, a nosotras, a la esencia.
Ningun discurso ni movimiento feminista sirve, –sin desmerecer y agradecer los avances logrados gracias a las pioneras– no sive, si me aleja de mi ser mujer, y si para ocupar un lugar social me aleja de mi ser mujer.
Por eso, es importante, "remotar la huella".. descubrir donde nos quedamos, desde que lugar nos expresamos, a quien pertenece el lenguaje que usamos, cómo amamos, cómo somos?...

Anónimo dijo...

muy asertado todo lo publicado sombre Simone, un abrazo, está muy lindo tu blog, felicidades.

Silvani Reyes-Vassallo dijo...

hola

Alexandru dijo...
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